07 ago. 2025

Noelia superó los pronósticos de Herminio

Herminio Cáceres, ex titular de la ANR, dos veces senador, se destacaba por sus frases campechanas, sinceras, directas, además de su limitada formación académica. Una de las más recordadas fue cuando aseguró que Nicanor Duarte Frutos (2003/2008), entonces candidato presidencial, iba a gobernar con “codicia limitada”, dando a entender que no robaría tanto como sus adversarios. Las crónicas dicen lo contrario, pero no es el tema de hoy.
Un nuevo caso de nepotismo desató un escándalo mayúsculo en el Congreso, monumento nacional de esta perversa práctica política conocida como nepobabies, jóvenes que en función de sus conexiones políticas acceden a la función pública con salarios exorbitantes sin la mínima formación académica. Son generalmente hijos o sobrinos de diputados y senadores.

Una investigación de este diario y Radio Monumental reveló que la senadora liberocartista Noelia Cabrera contrató a dos sobrinos en el Senado. Ramiro e Iris Cabrera. Apenas se publicó el caso, renunciaron velozmente. La investigación periodística fue letal. No había manera de desmentir los hechos porque los periodistas siguieron por varios meses a los “neposobrinos” y tenían las pruebas irrefutables del planillerismo, ya que se comprobó que trabajaban en el estudio jurídico de la supuesta pareja de la legisladora.

Tal fue el descaro del caso que sorprendió a sus protectores políticos, que no pudieron articular argumentos para defenderla. Dionisio Amarilla, líder del bloque liberocartista, aseguró que no asumiría una defensa porque “no es voluntad de ningún legislador proteger el planillerismo” de sus colegas. Tampoco la pudo defenderla Édgar López, compañero de la misma bancada. Negó haber firmado órdenes de trabajo para justificar la ausencia de los sobrinos de su colega.

El cartismo, principal beneficiado del giro político de Noelia, tampoco pudo ampararla. Basilio Núñez señaló: “No vamos a avalar este tipo de conductas”. Nano Galaverna consideró una ofensa a la ciudadanía y anunció que Honor Colorado analizará el caso, especialmente si se presenta la pérdida de investidura. No se indignaron tanto como cuando decidieron decapitar a Kattya González.

INMORALIDAD ABSOLUTA. Noelia Cabrera llevó a otro nivel el cinismo político. Empezando por su transfuguismo indirecto (sigue siendo del PLRA, aunque el partido la expulsó junto a otros 3, pero la Justicia la reincorporó). La senadora Celeste Amarilla reveló que era una infiltrada en la bancada liberal del Senado, donde asistía siendo ya parte del cartismo. Una doble agente. Como premio a su lealtad le dieron la presidencia de una Comisión, que maneja un millonario presupuesto. Le adjudicaron una lujosa camioneta perteneciente a un traficante de armas, que usa para sus actividades privadas y partidarias sin el mínimo reproche de la presidencia del Senado. Utiliza su cargo para beneficios familiares. Pensión de adulto mayor para su madre, rubro millonario en Itaipú para su hermano, quien además goza del beneficio de Becal para estudiar en Alemania.

Completó el círculo con los hijos de su hermana. Hasta en el caso de nepotismo, la senadora agregó un peldaño más a la ignominia política. No solo eran planilleros, como miles de funcionarios públicos. Lo que agrava este caso es la contratación de dos personas pagadas con dinero del Estado para cumplir servicio en el sector privado. Los demás nepobabies concurren a su lugar de trabajo al menos para registrar su presencia.

Este escándalo es un perdigón. Un disparo que impacta en varios sectores y revela una vez más cómo funciona la corrupción política. Para empezar, la lealtad de los liberocartistas se aceita con dinero público y quienes reparten los impuestos ciudadanos ni siquiera se toman la molestia de verificar si los contratados cumplen estándares mínimos.

Se suma la discrecionalidad desvergonzada de aumentar los salarios sin criterios mínimos. En tiempo récord, Iván Cabrera paso de cobrar G. 3.500.000 a G. 13.500.000, mientras que Iris Cabrera pasó de G. 3.500.000 a G. 8.000.000. En tanto, profesionales de la salud pública, la educación o la seguridad, no tienen aumentos hace años.

Ante la bomba de racimo, ahora todos pretenden fingir demencia. El presidente del Senado es ordenador de gastos. No puede alegar desconocimiento. El director de Recursos Humanos tampoco puede lavarse las manos, justificando la inasistencia alegando el famoso formulario F16, una herramienta administrativa que permite declarar trabajos fuera de sede. Un instrumento envilecido por el planillerismo. El programa Becal también debe explicar por qué otorgaron el rubro dedicado a estudiantes de escasos recursos al hermano de la senadora, quien percibe G. 17 millones como comisionado en Itaipú.

La Fiscalía, hasta el momento, se suma a la fiesta de la impunidad. No inició aún la investigación del caso que configura cobro indebido de honorarios. Otros nepobabies, como el hijo de la diputada liberal Roya Torres, se vio obligado a devolver G. 100 millones en una causa similar.

Noelia no puede ser ejemplo de Herminio Cáceres porque ella superó todos los límites de la codicia, traicionando a su partido y a los ciudadanos porque utiliza su banca para beneficio personal para enriquecerse y otorgar escandalosos privilegios a su familia a cambio de la lealtad absoluta al Partido Colorado.

¿Correrá su expulsión del Senado? Debería, pero esta es una decisión política que está en manos del cartismo. Noelia es un voto seguro y no hay nada más fuerte que la lealtad en la mafia política.

La oposición debe tener cuidado y aunque pretenda cuanto antes la pérdida de investidura, debe hacer respetar el debido proceso para no convalidar aquella inconstitucional expulsión de González.

No debe pisar el palito.

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