16 may. 2025

Noche de terror en la Cruz Roja con bebés en terapia y sin electricidad

Uno de los episodios más críticos se dio en la Cruz Roja Paraguaya, con el corte de energía eléctrica en la noche del sábado. Los propios familiares tuvieron que manipular el generador que, constataron, no recibía mantenimiento. Mientras tanto, el personal de blanco de turno procuraba, como podía, salvar la vida de niños en las unidades de terapia sin electricidad, tras el apagón.

“Las licenciadas y doctoras empezaron a realizar respiración manual a los chiquitos prematuros por más de 45 minutos. Sobre mi hija, que nació con apenas 26 semanas, estaban cuatro enfermeras. Fue un calvario. Todos los bebés lloraban en medio de la oscuridad y la tormenta”, relató María José Grau, quien tiene a su bebé internada en dicho hospital.

Cuando por fin funcionó el generador, tras más de una hora sin energía y con respiradores artificiales fuera de servicio –dijo–, volvieron a quedarse sin electricidad por la falla del motor de emergencia. “El generador se recalentó porque no tenía ningún tipo de refrigerante”.

Quedaron nuevamente a oscuras, y sin esperanzas de que el obsoleto proveedor de energía vuelva a funcionar. “Por un milagro” retornó la electricidad proveída por la ANDE, 20 minutos después.

Esa noche, aseguró, ningún directivo ni persona encargada del área técnica apareció.

“Mi marido se acercó al director hoy (por ayer), quien dijo que no reciben ayuda del Gobierno y mucho no pueden hacer. Eso no es posible que diga como respuesta siendo el director. Además, la gente que ingresa aquí igual paga. Con mi internación y cuando me dieron de alta pagamos cerca de G. 2 millones”, reclamó.

SIN MANTENIMIENTO

Wilfrido Barreto y su señora, con trabajo de parto, llegaron de urgencia hasta la Cruz Roja justo en medio de la tormenta. Por la falta de electricidad fueron derivados al hospital de barrio Obrero, y desde allí nuevamente a la Cruz Roja por cuestiones de documentaciones.

“Al volver nos encontramos con la misma situación de falta de luz. El guardia llamó al técnico encargado, pero nunca atendió, ni otra persona encargada del servicio. Los familiares metimos manos a la obra por la urgencia. Encontramos que el generador no tenía batería, nunca se le hizo mantenimiento. Buscamos herramientas, pero no había”, contó Wilfrido visiblemente cansado tras la noche de terror.

Aseguró que tuvieron que llevar una camioneta hasta el motor y conseguir un buen acople de batería para que funcione la lumínica. “Inclusive tuvimos que purgar el combustible también por falta de mantenimiento”.

Todo esto en medio de la lluvia, empapados y con la desesperación al saber que había niños que dependían de incubadoras y su señora con trabajo de parto.

Finalmente, consiguieron subsanar el problema y como premio al esfuerzo, a primeras horas de la mañana del domingo llegó una noble energía: su esposa logró dar a luz.

El director del hospital no respondió los llamados de ÚH.