En el tercer piso, área de pediatría del Hospital Central del Instituto de Previsión Social (IPS), se vivió una mañana diferente.
Ayer, ese lugar dejó de lado los rostros tristes y los momentos de dolor para pintarse con color y canciones. Los pequeños desfilaron y bailaron para dar bienvenida a la primavera.
De esa manera los profesionales médicos y de educación del aula hospitalaria prepararon a los niños con sombreros coloridos y disfraces para celebrar la jornada.
Con pasos lentos e incluso con el portasuero a cuestas, los chiquitos internados en este sector de la previsional dijeron sí a la iniciativa, y en medio del malestar físico dejaron ver sus sonrisas.
Cada uno de ellos despertó la emoción de los doctores y padres que fueron a ver el espectáculo. Algún que otro curioso que pasaba por allí también se detuvo a observar la propuesta infantil que generó el aplauso de todos, y en otros, también las lágrimas.
Letizia Rivela, coordinadora del aula hospitalaria del IPS, explicó que el objetivo fue acompañar a estos chicos, creando un ambiente festivo a fin de que todos pasen un día diferente.
“También queremos que ellos se integren con otros niños, quienes por la situación de enfermedad se apartan de los demás quedándose encerrados en sus salas”, indicó la licenciada.
Otra meta que tenían prevista fue hacerles vivir lo que el calendario escolar establece como cada año. “Conectarles con esa normalidad”, mencionó.
Cada 21 de setiembre, estudiantes de varios colegios organizan desfiles por la ciudad, decorando con flores, calles y vehículos. Con este evento, estos niños también fueron parte de esa realidad.
Los chiquitos que participaron son de oncología, polivalentes, neurología, neumología e infectología. Todos ellos salieron con el permiso correspondiente de sus médicos, a fin de evitar percances.
Por su parte, la doctora Myriam Palacios, jefa de servicio de pediatría del nosocomio, aseguró que tanto el aula hospitalaria como la iniciativa de ayer colaboran grandemente en la recuperación de los pequeños.
“A ellos les motiva de tal manera que esa gran carga que tienen por la enfermedad se pueda alivianar y les haga salir de ese momento de dolor. Científicamente está comprobado que esto les levanta las defensas y se reponen con mayor seguridad y rapidez”, indicó la profesional.
Asimismo, señaló que los padres de los niños internados se sienten fortalecidos y reconfortados con estas propuestas, ya que los días se hacen más fáciles cuando se los lleva con una sonrisa.
“UNA SORPRESA GRANDE”
“Es una motivación muy grande para los chicos. Estoy muy feliz y contenta con esto. Mi hijito primero estuvo un poco tímido pero al ver a los demás niños se animó y ahora se acopló para el desfile. Para mí fue una sorpresa muy grande el ver que en un hospital como el IPS se tenga una escuela, y le cuento a mis familiares y amigos esta novedad. Yo vivo en Itapúa y de ahí vine a Asunción para que le puedan atender a mi hijo. Estoy agradecida con esto”, indicó Carmen Ortega (foto).