La tragedia ocurrió ayer, pasadas las 14:00, en la comunidad indígena Yapo 3, en el Departamento de Canindeyú.
El informe policial señala que los dos niños estaban jugando en la casa y en medio esto el pequeño agarró de debajo del colchón de una de las camas, una escopeta calibre 16, sin número de serie que se encontraba en la casa, mientras la madre de ambos dormía la siesta.
Ramona Sánchez López, madre de los pequeños, expresó a los intervinientes que despertó del sueño cuando escuchó el estruendo del disparo y allí vio a su hija tendida en el suelo con la cabeza y parte del rostro destrozados por el impacto de bala.
La pequeña murió casi al instante, según el relato de la mujer a los uniformados que intervinieron en el hecho.
Los vecinos del lugar llegaron a la casa conmocionados por lo sucedido para consolar a la madre, que quedó en estado de shock luego del desgraciado suceso.
Se dio aviso a agentes del departamento de Criminalística y también se dio participación al Ministerio Público que realizaron las diligencias de rigor en el sitio y luego autorizaron la entrega del cuerpo a los familiares para que se le dé sepultura.
La escopeta era propiedad del padre de los niños y la utilizaba para su defensa personal.
El Ministerio Público analiza una eventual imputación a los padres por violación del deber del cuidado.