La exploración del lenguaje de los niños es tan viva que podría incluso desplazar a Hamlet y a todo Shakespeare, dijo hoy a Efe Cristóbal Ugarte, nieto del creador de la antipoesía, que ha representado a su abuelo en varios actos oficiales.
El “Tololo” Cristóbal es quien ha estado incentivando al último ganador del Premio Cervantes y también, este año, del Premio Iberoamericano de Poesía “Pablo Neruda” para que retome la traducción de Hamlet. “Pero no he tenido mucho éxito”, admitió.
“Me respondió, '¿Por qué no lo traduces tú'?, pero, aunque estudio inglés en Oxford, estoy lejos de tal capacidad”, añadió Cristóbal, para quien su abuelo, nacido el 5 de septiembre de 1914 en San Fabián de Alico, “está en otra” y se resiste a acercarse nuevamente a Shakespeare.
Parra ha descubierto poesía en las frases de los niños, “cuando aún están en la edad de la inocencia”, y no sería nada raro que un día lo refleje en sus versos, reflexiona el nieto, mientras viaja a Las Cruces para pasar junto a su abuelo el día de su cumpleaños.
Nicanor Parra ha admirado toda su vida a Shakespeare y ha sostenido que “Hamlet” es su mejor obra, pese a que en 2004 publicó “Lear Rey & Mendigo”, una traducción aplaudida por la crítica y que el argentino Ricardo Piglia quiere montar en Buenos Aires.
“He conversado con la directora Vivi Tellas para tratar de llevar la obra al teatro en Argentina. El texto de Parra logra transmitir la eficacia de la lengua isabelina”, dijo al diario La Tercera el escritor argentino, que tiene entre sus planes escribir un ensayo sobre la obra de Parra “que esté a la altura de su poesía”.
El nieto no ha perdido del todo la esperanza: sí lo ha visto, en el último tiempo, interesado en Hamlet, aunque ignora si ha volcado ese interés esporádico en el cuaderno que, junto a un bolígrafo, lleva todo el día consigo.
Parra inició la traducción de Hamlet en 2003 cuando se basó en un comentario de Horacio tras la muerte de Hamlet para lamentar el fallecimiento de Roberto Bolaño, el autor de “Los Detectives Salvajes":
“Se nos adelantó Roberto/Pérdida irreparable para Chile/Pérdida irreparable para mí/Pérdida irreparable para todos/El resto es silencio/Acaba de estallar un corazón muy noble/Buenas noches, dulcísimo príncipe/Coros de ángeles salgan a recibirte”, escribió.
En 2009, cuando cumplió 95 años, daba los últimos retoques al libro “El marica de Shakespeare”, que muestra que estaba aún cercano al autor de Hamlet.
Nicanor Parra, cuyos admiradores han revitalizado su candidatura al Premio Nobel, cumple hoy 98 años ensimismado, pero siempre creativo, vital y vigente.
El hermano mayor de la folclorista Violeta Parra está totalmente lúcido. No usa anteojos, sube y baja escaleras, conduce todos los días su viejo Volkswagen escarabajo y suele beber una copa de vino con el almuerzo. Saluda a sus vecinos, pero elude las entrevistas.
“No creo que hagamos nada especial por su cumpleaños”, dice a Efe el nieto, que explica que desde siempre toda la familia Parra ha sido poco dada a las celebraciones: “Ni cumpleaños, ni Navidad, ni Año Nuevo, pero en Las Cruces veremos si algo hacemos”, dijo.
Hace casi 60 años desde que en 1954 Nicanor Parra irrumpió con su antipoesía (“Durante 50 años la poesía ha sido el paraíso del tonto solemne”, escribió en “La Montaña rusa”) e ironizó con Pablo Neruda, a quien se refirió como “La vaca sagrada”, y con Vicente Huidobro, al que denominó “El pequeño Dios”.
Parra convirtió en versos el habla callejera y construyó, según los críticos, una nueva poesía, con una libertad insobornable y una ironía radical.
A punto de cumplir un siglo, no se sabe si querría volver a los 17, como escribió su hermana Violeta (“Volver a los 17, después de cumplir un siglo,/ es como descifrar signos, sin ser sabio competente/; volver a ser de repente, tan frágil como un segundo/, volver a sentir profundo, como un niño frente a Dios.”)
El antipoeta, desde su casa, puede observar, hacia el norte, Isla Negra y la tumba de Pablo Neruda, y a su izquierda, Cartagena y la tumba de Vicente Huidobro.
A los 98 años, guarda todavía muchos enigmas y no sabe cuándo dirá su última palabra este don Quijote de Las Cruces, don Nicanor de la Mancha, como se le describió tras ganar el Premio Cervantes.
Nelson Sandoval Díaz