13 jun. 2025

Ni mejor ni peor, todo lo contrario

El debate al interior del gremio periodístico no debe ser postergado. Por el contrario, debe ser incentivado por el gremio, las universidades y la misma sociedad.

Por Oscar Ayala Bogarín
oayala@uhora.com.py

¿Es bueno el periodismo paraguayo? Seguro hay opiniones dispares y estoy seguro de que ni 10 programas de Humberto Rubin arrojarán luz sobre el dilema.
En las redacciones de los medios de prensa es incesante el desfile de gente que acude a hacer denuncias, que pueden ir desde la revelación del modus operandi de alguna de las numerosas mafias que hoy están empotradas en el Estado (que generalmente son gente desplazada, a las que llamamos las “viudas del poder”), hasta la desaparición de un canario.
Otros muchos van para buscar soluciones a problemas que van desde aquellos que nos afectan a todos, debido a la ausencia de Estado, hasta los conflictos personales. No olvido un caso en el que tuve que intervenir como consejero sentimental ante la insistencia del denunciante de hacer público su drama pasional (Aclaro que no era una persona conocida)
El denominador común en casi todos los casos es que las instituciones hoy no cumplen con su función y nada es visible mientras no salga en las páginas de un periódico, en las pantallas de la televisión o no se escuche en alguna emisora radial.
Nadie hoy puede desconocer el rol ni el poder de la prensa en las sociedades occidentales, ni su influencia en aquellos modelos políticos o sociales cerrados. De allí que los políticos la quieran someter a sus designios, los empresarios busquen crear los grandes conglomerados mediáticos como medio de presión y las mafias sigan ampliando el número de periodistas muertos en cumplimiento de su misión de investigar o informar.
El ejercicio de la profesión periodística es fascinante, a pesar de las trabas existentes, de las muchas limitaciones en que nos movemos, y a pesar de muchos de los integrantes del gremio. Exceptuando los egos sobreestimados y a los frustrados y resentidos de siempre, la fauna periodística local es interesante y no tiene mucho que envidiar a los colegas de la región.
La fascinación por el trabajo es aún mayor cuando uno lo asume como una herramienta con principios, preceptos éticos e ideales claros y definidos, y no como un simple instrumento para satisfacer ambiciones personales o sectoriales.
El gremio periodístico se apresta a festejar un nuevo Día del Periodista (26 de abril) en medio de un incipiente debate interno sobre la calidad del periodismo paraguayo y la necesidad de respetar las reglas éticas que ayuden a preservar la esencia de esta profesión.
Este debate no debe ser postergado. Por el contrario, debe ser incentivado por el gremio, las universidades y la misma sociedad. Existen deficiencias que tienen que ser superadas. La beneficiada será la ciudadanía.