Puede nacer del poder económico propio de una persona, importante por el capital que posee. Aquí también se cumple lo anterior. Se necesita compartir este poder con otros para hacerlo crecer.
De unas circunstancias extraordinarias, políticas, sociales o culturales, pueden brotar líderes que las coordinen o hagan triunfar.
Desgraciadamente, existen para el mal un llamado grupo de lideres informales. Son los líderes mafiosos de la droga o aquellas personas osadas que en la delincuencia adquieren notoriedad, poder y mando
Finalmente, existe otra fuente de liderazgo: la gran capacidad de personas que con una gran preparación sobresalen y se hacen indispensables.
De orígenes tan diversos, ¿cuáles son los líderes que queremos en el Paraguay y no abundan?
Solamente los líderes democráticos. Aquellos que no dominan sino sirven. Aquellos que hacen crecer a los demás. Aquellos que se comprometen, olvidándose de su propio provecho. Añado otras cualidades que son necesarias en todo líder democrático.
Debe pertenecer al grupo de personas que lidera. El líder externo ayuda por poco tiempo, pero no acompaña en el largo camino. Debe ser humilde y creíble. Hay cualidades naturales al líder como la capacidad de entusiasmarse con sus ideales y de entusiasmar a los demás.
A esto llamamos tener “carisma”. Además, el líder necesita tener una barra de hielo en la cabeza y un volcán en el corazón. Poseer paciencia esperando los resultados. Querer mucho a su pueblo. Y algo indispensable: saber renunciar cuando no sea necesario o la edad disminuya sus fuerzas.