“La intención de la compañía es cerrar la transacción por 54,20 dólares la acción”, escribió Twitter en reacción a una propuesta de Musk que fue enviada horas antes a la compañía y a la Comisión del Mercado de Valores de EEUU (SEC).
Twitter y Musk habían acordado la adquisición de la compañía por ese precio, pero posteriormente el multimillonario dio marcha atrás a la transacción, argumentando que había constatado un incumplimiento sustancial de varias disposiciones del acuerdo; entre ellas, el número de cuentas falsas contabilizadas por la compañía.
En las últimas semanas, Musk también reprochaba a Twitter haber indemnizado sin su consentimiento al ex jefe de seguridad Peiter Zatko, quien por su parte ha denunciado que Twitter ocultó a los reguladores información relevante sobre sus deficiencias en ciberdefensa y el número de cuentas falsas.
En respuesta al intento de ruptura del acuerdo, la red social demandó al multimillonario para intentar obligarle a cumplir con su compromiso, lo que desembocó en un juicio cuyo arranque estaba previsto para mediados de mes.
CONDICIONAMIENTO. La SEC publicó el martes un documento remitido por Musk en el que se recoge que el magnate “tiene la intención de proceder al cierre de la transacción contemplada en el acuerdo de fusión del 25 de abril de 2022, en los términos y sujeto a las condiciones establecidas en el documento”.
Pero además, en la nota, Musk también condiciona el cierre del acuerdo al cierre del proceso judicial abierto por Twitter. Tras conocerse la noticia, las acciones de Twitter se dispararon en la Bolsa de Nueva York hasta el punto que la actividad bursátil de la compañía fue suspendida temporalmente.
Al cierre del parqué neoyorquino, los títulos de la plataforma subían un 22,28% situándose en 50,02 dólares la acción, todavía a cuatro dólares por debajo del precio ofrecido por Musk. Sin embargo, el escrito de Musk no ofrece una fecha concreta para la consumación del acuerdo, que ya cuenta con el visto bueno de los accionistas de Twitter, que en medio del culebrón mediático, el ruido jurídico y un torbellino económico dijeron mayoritariamente “sí, quiero” a la compra el pasado 13 de setiembre.