“Tuvo un gran amor a la producción nacional, las trató siempre con amor y cariño, sintiendo las producciones como si él las hubiera dirigido, siendo un inmigrante extranjero”, dijo su hijo Hansel Biedermann, al recibir un premio para su padre en el año 2013 otorgado por Auncine en una gala de homenajes.
A los 19 años inició la aventura de exhibir películas con un proyector a manivela en diferentes barrios de Asunción. Destacó en la distribución del cine latinoamericano en la época dorada del pelmex (época dorada del cine mexicano), fue parte del boom de la exhibición de filmes de artes marciales y promovió diversas cintas argentinas.
Entabló una gran amistad con Armando Bo, de quien adquirió varias películas para exhibirlas en el país. Fue condecorado por la Embajada de México por la difusión y promoción de su cine en Paraguay.
Tuvo la concesión o explotación de las salas Victoria, Cosmos, Yguazú y Atlas (actual Teatro Latino). A mediados de la década de 1990, inauguró los cines del Shopping del Sol y Mall Excelsior. Promovió el cine móvil digital para llevar al interior películas como 7 cajas y Libertad.
“Fue un hombre ejemplar, de gran temple, un luchador. Llegó al Paraguay con casi nada. Creció con méritos de forma honrada, es un ejemplo a seguir. Nos deja el amor por el cine y la felicidad por haber servido al público”, señaló a ÚH Carlos Biedermann (h).