A todo el que se le ha dado mucho... Pensemos en las incontables gracias que hemos recibido a lo largo de la vida, larga o corta, aquellas que conocimos palpablemente, y esa infinidad de dones que nos son desconocidos. Todos aquellos bienes que habíamos de repartir a manos llenas: alegría, cordialidad, ayudas pequeñas pero constantes... Meditemos hoy si nuestra vida es una verdadera respuesta a lo que Dios espera de nosotros.
En la parábola que leemos en este pasaje del Evangelio, el Señor habla de un siervo irresponsable que tenía como justificación de su mala administración una idea falsa: mi amo tarda en venir.
El Señor ha llegado ya y está todos los días entre nosotros.
Es a Él a quien en cada jornada dirigimos nuestra mirada para comportarnos como el hijo delante de su Padre, como el amigo delante del amigo. Y cuando, dentro de un tiempo no muy largo, al fin de la vida, le demos cuenta de la administración que hicimos de sus bienes, se llenará nuestro corazón de alegría al ver esa fila interminable de personas que, con la gracia y nuestro empeño, se acercaron a Él…
El papa Francisco a propósito del Evangelio de hoy dijo: “Representa una responsabilidad. Y Jesús ha dicho: “Al que se le confió mucho, se le reclamará mucho más”. Por lo tanto, preguntémonos: en esta ciudad, en esta comunidad eclesial, ¿somos libres o somos esclavos, somos sal y luz? ¿Somos levadura? O ¿estamos apagados, sosos, hostiles, desalentados, irrelevantes y cansados?
Sin duda, los graves hechos de corrupción, surgidos recientemente, requieren una seria y consciente conversión de los corazones, para un renacer espiritual y moral, así como un renovado compromiso para construir una ciudad más justa y solidaria, donde los pobres, los débiles y los marginados estén en el centro de nuestras preocupaciones y de nuestras acciones (San Lucas 12, 39-48) de cada día.
¡Es necesaria una gran y cotidiana actitud de libertad cristiana para tener la valentía de proclamar, en nuestra ciudad, que hay que defender a los pobres, y no defenderse de los pobres, que hay que servir a los débiles y no servirse de los débiles!
(Frases extractadas de http://www.homiletica.org/francisfernandez/franciscofernandez0466.htm y https://es.catholic.net/op/articulos/9236/cat/347/fiel-y-prudente-a-la-voluntad-de-dios.html#modal)