La firma portuguesa Mota Engil, que estuvo a cargo de las obras del fracasado Metrobús, no permitió la fiscalización de los trabajos que ejecutó para la rehabilitación de la ruta Mariscal Estigarribia, luego de que el proyecto haya quedado en suspenso el año pasado.
Sin embargo, la empresa seguía cobrando por los trabajos ejecutados y hasta la fecha ya percibió USD 29 millones, más del 40% del monto de su contrato de USD 70 millones. Así reveló la auditoría que realizó el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) al fallido plan, cuyos resultados confirmaron las desprolijidades con las que se implementó el plan.
El escrito resalta que según el informe presentado el 26 de octubre de 2018 por la fiscalizadora, el consorcio Typsa-Incosa-Ingeneg, la contratista “no comunicó que ejecutaría los trabajos de pavimentación de la capa de carpeta asfáltica (MAC-1) porque, según sus manifestaciones, las obras del Metrobús se encuentran suspendidas, y no se debe realizar ningún control de los trabajos, a lo largo del tramo”.
Asimismo, resalta: “Como consecuencia de esta situación, desde el 25 de octubre de 2018 la fiscalizadora no puede ejercer los controles específicos. No obstante, según su informe, en cumplimiento del alcance de su contrato viene realizando los controles en campo correspondientes a las obras de diseño ejecutivo aprobadas, pese a las manifestaciones de la contratista”.
Añade que “en los informes presentados diariamente hasta la fecha, la fiscalizadora manifiesta que los trabajos realizados por la contratista no cuentan con el control ni la aprobación correspondientes, por lo cual no serán validados para la certificación respectiva”.
De acuerdo con la nota remitida por la fiscalizadora el 15 de octubre de 2018, se constató anomalías significativas en la ejecución de las obras de rehabilitación de la ruta Mariscal Estigarribia. “La contratista no cumplió con las Especificaciones Técnicas establecidas. Esta falta ha derivado en una mala ejecución de la obra”, resaltó.
Los auditores concluyeron que se ha empleado asfaltado convencional en lugar de con polímeros. Asimismo, hubo una falta de comprobación topográfica de todos los trabajos (lo que puede conllevar a que no se ajusten a las rasantes proyectadas).
Además agregaron que la no ejecución del sellado de las juntas de dilatación del pavimento rígido, llevará a su deterioro con el tráfico de vehículos. “Tampoco se han respetado los espesores referenciales de las diferentes capas. La fiscalizadora ha indicado que en algunos puntos la contratista no ejecutó la obra de acuerdo al diseño aprobado en lo que corresponde a materiales a espesor de las capas del paquete estructural y a procedimientos constructivos especificados”, señaló.
Respecto a los pagos a Mota Engil, la auditoría resaltó que “al 31 de mayo de 2019 se ha pagado USD 29.000.000 por ambos contratos, incluyendo el saldo de anticipo de USD 6.200.000. Esto significa que aproximadamente USD 22.800.000 corresponden a pagos por certificados de obras, mientras lo restante, el saldo del anticipo, deberá ser devuelto por la contratista o cobrado por el Proyecto, mediante la ejecución de la póliza de seguro”.