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Antes de ir a ver Monsters University, no estaría mal ir al video club y alquilar para volver a ver Monsters Inc. Es que mucho de la esencia de esta precuela/secuela solo tiene sentido si se tiene bien presente a la primera aventura.
Ahora sabemos cómo se forjó la amistad entre Mike y Sulley, así como la animadversión enfermiza de Randall hacia Sulley, etc. Los genios de Pixar se pusieron a trabajar para crear el periodo universitario de la pareja de monstruos, y lograron una vez más un producto fantástico. Del equipo de guionistas originales siguen Docter y Stanton, y el primero cede la dirección a Scanlon.
Ciertamente, se extraña la presencia de la niña Boo, quien daba toda la porción de ternura a la primera parte. Esta falencia se trata de equilibrar con mucho humor y escenas de acción. Para eso aparece una serie de nuevos personajes, muchos más de los que debíamos recordar en la primera parte.
El logro principal está en la dirección de arte y locaciones, pues la recreación de la vida universitaria es más que excelente. El ambiente de campus se siente en cada rincón del filme, lo que le da una credibilidad muy necesaria para que el humor tenga más efecto. Los clichés universitarios, sean situaciones o personajes, están a la orden del día y son muy bien aprovechados.
Así como Monster Inc. fue más la película de Sullivan y su relación con Boo, ahora es más bien la historia de Mike Wazowski y el cumplimiento de un sueño acariciado desde niño: ser un asustador profesional.
Esta entrega no logra alcanzar el nivel de la primera. La novedad, la tensión y la ternura ya no están presentes. Así y todo, es excelente opción para ir en familia a divertirse con estos monstruos que viven de nuestros sustos, aunque nos den risa.