Su deceso se produjo luego de un paro cardiaco en el Hospital Central del Instituto de Previsión Social. “Él tuvo una operación hace 15 días. Se había caído y se luxó la cadera, pero salió muy bien de la operación. Ahora de repente se internó otra vez, pero esta mañana estaba bien, muy lúcido. Me dijo que esté tranquila, nos vemos pronto, me dijo, pero le paró el corazón”, relató acongojada tras lo ocurrido doña Gladys Caffarena de Marques, quien por años fue su secretaria y amiga.
Relató que el obispo emérito de Concepción tenía ya el corazón muy gastado, tenía 85 años. A los 75 había presentado su renuncia ante el Papa, quien se la aceptó tres años después, ya por motivos de salud.
El lunes su corazón no resistió y se dio su triste partida, lamentada por toda la comunidad salesiana y quienes lo apreciaban por su calidad y calidez como persona. “Él fue un gran pastor, como ya no vamos a tener, fue un gran padre, no un pa’i como se dice, sino un papá. Transparente, nada que señalarle, coherente, con fuertes homilías en Caacupé en la época más dura”, destacó doña Gladys.
El obispo será velado desde hoy a las 8.00 en la Casa Artémide Zatti, en la parroquia Domingo Savio de Fernando de la Mora.