Intuitive Machines, a cargo de la misión “IM-1”, espera convertirse en la primera entidad no gubernamental en realizar un alunizaje suave en el satélite natural de la Tierra y posar en su superficie el primer robot estadounidense desde las misiones Apollo, hace más de cinco décadas.
El módulo de aterrizaje Nova-C, denominado “Odysseus”, despegó el jueves a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX desde el Centro Espacial Kennedy, de Florida.
Después de desprenderse de la parte superior del cohete, el módulo fue encendido y puesto en funcionamiento “con éxito”, mostrándose “estable, cargando sus paneles solares y estableciendo contacto por radio”, declaró Intuitive Machines, cuyo centro de control se ubica en Houston, Texas. La misión bautizada IM-1 debía partir el miércoles pero el lanzamiento se pospuso luego de que SpaceX descubriera temperaturas anormales cuando intentaba el abastecimiento de combustible del módulo.
El módulo de alunizaje tiene un nuevo tipo de motor de metano líquido y oxígeno superenfriado que entrega la potencia para llegar a su destino rápidamente, evitando una larga exposición a la región de alta radiación que rodea la Tierra, conocida como el cinturón de Van Allen.
Trent Martin, vicepresidente de sistemas especiales de Intuitive Machines, dijo esta semana a periodistas que la “oportunidad de que Estados Unidos volviera a la Luna por primera vez desde 1972 es una proeza de la ingeniería que requiere un verdadero deseo de explorar”.
LLEGADA. Pese al retraso, está previsto que la nave llegue el 22 de febrero a su lugar de alunizaje, Malapert A, un cráter de impacto situado a 300 kilómetros del polo sur lunar.
La agencia espacial estadounidense espera establecer una presencia de largo plazo en la Luna y recoger hielo para obtener agua potable y combustible para cohetes en el marco de su programa Artemis.
La NASA pagó a Intuitive Machines 118 millones de dólares para llevar equipos científicos al satélite natural con el fin de comprender mejor y mitigar los riesgos medioambientales para los astronautas.
Pero la nave lleva un cargamento más colorido, incluido un archivo digital del conocimiento humano.
Después de alunizar, se espera que las cargas funcionen durante siete días antes de que inicie la noche lunar en el polo sur, cuando el Odysseus quedará inoperable.
El IM-1 es la segunda misión bajo una iniciativa de la NASA creada para delegar servicios de carga al sector privado para cortar costos y estimular una economía espacial más amplia. “Estos envíos osados no sólo conducirán a nuevas experiencias científicas en la Luna, sino que también están apoyando una creciente economía espacial privada”, afirmó el director de la NASA, Bill Nelson, en un comunicado. AFP