El ministro de Agricultura, Carlos Giménez, explicó que el énfasis de su gestión se centra en la Agricultura Familiar Campesina, sobre todo en los agricultores que cuentan entre una y veinte hectáreas, que se constituye en el sector más vulnerable del campo paraguayo.
“No podemos tener una agricultura sostenible sin condiciones básicas como los sistemas de riego y la incorporación de tecnologías. Hoy los pequeños productores no tienen acceso ni siquiera a la siembra extensiva y es ahí donde debemos apoyar con proyectos concretos”, manifestó el secretario de Estado, luego de abandonar la Comisión Bicameral de Presupuesto del Parlamento Nacional, en donde defendió el plan de gastos para el 2026 de su cartera.
Al hacer un recuento de su gestión, Giménez también reconoció que existe una fuerte presión de importadores e intermediarios para reabrir las importaciones de los rubros hortícolas, pero insistió, una vez más, que la política oficial es defender la producción nacional. “La producción nacional es la que va a permitir cambiar la realidad de la agricultura paraguaya”, aseguró.
En ese sentido, recordó que el MAG reforzó el trabajo conjunto con instituciones de control fronterizo en la lucha contra el contrabando, considerado un flagelo que durante años afectó la competitividad de los productores locales.
“Hoy podemos decir que se va controlando y eso permite que los agricultores vendan a buen precio sus productos. El año pasado y este fueron los periodos con mayor incautación de mercaderías de contrabando, lo cual abre un escenario más justo para la producción nacional”, añadió.
Mercado y sostenibilidad de la oferta
El ministro Giménez también se refirió al desafío de asegurar una oferta constante de productos durante todo el año, lo que a su criterio permitirá planificar mejor la producción, acceder a créditos y garantizar un mercado seguro para los agricultores. “El problema no es la falta de mercado. El mercado existe, lo que falta es planificación y sostenibilidad en la producción. Cuando hay continuidad, los importadores ya no tienen excusas para buscar mercadería afuera”, señaló.
En este contexto, recordó que Paraguay incluso logró exportar rubros sensibles como tomate, cebolla y zanahoria a países exigentes, gracias a sus condiciones fitosanitarias. Sin embargo, insistió en que la clave es la inversión para mantener la regularidad de la oferta.
Al mismo tiempo, el ministro Giménez destacó que el combate al contrabando permitió que los pequeños productores vendan actualmente a precios que superan entre un 15% y 20% sus costos de producción, algo inédito en años anteriores. No obstante, advirtió que la brecha de precios entre finca y góndola sigue siendo un desafío.
“Mientras el productor apenas logra cubrir sus costos con un pequeño margen, en el supermercado el mismo producto llega con una diferencia de hasta 126%. Esa es la realidad que debemos corregir para equilibrar la cadena”, concluyó el titular del MAG.