El director del Servicio de Sanidad de las Fuerzas Armadas, Ricardo Fretes aclaró en Radio Monumental que tanto el sargento asesinado por el grupo armado como Ávalos tenían chalecos antibalas pero que los impactos recibieron fuera del área de cobertura del dispositivo.
En el caso del militar herido, la bala ingresó, por encima de la clavícula, entre el hombro y la raíz del cuello, en su interior se hallaron al menos 25 fragmentos de balas, por lo que se presume que las armas utilizadas por el grupo delictivo son de alto calibre.
En cuanto a Ávalos, el profesional explicó que se encuentra en estado grave pero con signos vitales normales. La bala que recibió en el abdomen destruyó gran parte del intestino delgado. La parte afectada debe ser extirpada, pero no se puede suturar por la presencia de materia local.
Fretes dijo que no sabe si la cantidad de intestino que quedó podrá ser suficiente para que el joven militar pueda tener una vida normal, pero confía en su juventud y fortaleza, “en medicina difícil porque no hay reglas”, expresó.
Durante el transcurso del día se prevé una junta médica, donde participará un traumacirujano que se encargaría de la intervención quirúrgica.
En la madrugada de este domingo policías y militares ingresaron hacia un campamento del EPP, ubicado en Arroyito, departamento de Concepción. Sin embargo el grupo delictivo fue alertado por ladridos de un perro según había manifestado el ministro del Interior, Francisco de Vargas.
Integrantes del EPP respondieron con disparos contra las fuerzas de seguridad, a raíz del enfrentamiento falleció el sargento primero César Antonio Fernández Carvallo de 28 años, mientras que otro militar fu gravemente herido.