Hubo entre 2.900 y 3.200 pederastas, sacerdotes o religiosos, en el seno de la Iglesia Católica de Francia desde 1950, según constata una comisión que investiga el abuso sexual en la institución y hará público el martes su informe, inédito y muy esperado.
Tras dos años y medio de trabajo, la comisión independiente sobre la pederastia en la Iglesia en los últimos 70 años, presidida por Jean-Marc Sauvé, va a entregar sus conclusiones en un informe de 2.500 páginas, incluyendo los anexos. Este número de pederastas es una estimación mínima, basada en el censo y el análisis de archivos de la Iglesia, la Justicia, la Policía judicial y la prensa, así como testimonios recibidos por la comisión, aseguró Sauvé.
La cifra se refiere a una población total de 115.000 sacerdotes o religiosos en este periodo iniciado en 1950.
El informe será remitido públicamente a la Conferencia Episcopal de Francia (CEF) y a la Conferencia de Religiosas y Religiosos de Institutos y Congregaciones (Corref), que lo habían encargado. “Va a ser una deflagración”, asegura bajo condición de anonimato un miembro de la comisión, conocida por sus iniciales Ciase. “Va a tener el efecto de una bomba”, coincide Olivier Savignac, del colectivo Hablar y Revivir (Parler et Revivre) , que acoge los testimonios de las víctimas de abusos sexuales.
Su publicación va a ser una prueba de verdad y un momento duro y grave, se puede leer en el mensaje divulgado por el episcopado a los sacerdotes y parroquias antes de las misas de este fin de semana. Un mensaje que apela a una actitud de verdad y compasión.
En el documento, la Ciase compara la prevalencia de la violencia sexual en la Iglesia a la que se identificó en otras instituciones, como asociaciones deportivas y escuelas, y en el círculo familiar La comisión evalúa también los “mecanismos, principalmente institucionales y culturales” que han podido favorecer los abusos sexuales y presentará 45 propuestas, adelantó Sauvé.
Estas propuestas se aplican en diversos ámbitos, como la escucha a las víctimas, la prevención, la formación de los religiosos, la transformación de la gobernanza de la Iglesia, además de abogar por una política de reconocimiento y de reparación. Para elaborar su informe, la Ciase ha convertido los testimonios de las víctimas en la matriz de su trabajo, según Sauvé. Primero con un llamado a testimonios, abierto durante 17 meses, que recibió 6.500 llamadas o contactos de víctimas o familiares.