26 sept. 2025

Messi y Scaloni en una empresa

La selección argentina hoy vive un momento soñado y por más que está claro que su capitán, Lionel Messi, y todo el plantel de la selección son los grandes artífices de la historia, el rol del director técnico (DT), Lionel Scaloni, fue clave para lograr la tercera copa del mundo, aunque anteriormente nunca haya liderado un equipo “mayor”.

Scaloni, luego del fracaso de la selección argentina en Rusia 2018, lideró el plantel que con poca experiencia y con perfil bajo logró redireccionar a su “tripulación” y permitió coronar en la última Copa América, en la Finalissima (La Copa de Campeones Conmebol-UEFA) y finalmente en el mundial de Qatar. Pero, a mi entender y sin ser un especialista en fútbol, además de los USD 52 millones que le hizo ganar a la AFA (Asociación de Fútbol Argentino), sin contar otros innumerables ingresos, logró superar lo más desafiante, dirigir al mejor jugador del mundo.

Scaloni es, sin lugar a dudar, un ejemplo de líder actual con alta inteligencia emocional, ante organizaciones caracterizadas por la incertidumbre y el cambio constante, liderando y tomando el timón del barco en un momento supercomplicado y sin experiencia previa. Si comparamos con una empresa, utilizó una estructura “achatada” en el plano de las jerarquías. En ese sentido, Scaloni se comportó como uno más dentro de la selección. Al igual que en las empresas más modernas en los que la pirámide organizacional se achata, aquí se veía al DT en un rol clave, pero que no deja de ser una pieza más dentro del “engranaje” del equipo.

A todo esto, es importante sumar que, junto con el apoyo del equipo directivo, el DT, logró identificar el talento joven, y esto permitió la aparición de nombres como Enzo Fernández, Alexis Mac Allister o Julián Álvarez, que fueron figuras claves en este mundial.

Según el consultor Ezequiel Palacios, socio de la firma Glue Executive Search, “saber cambiar a tiempo permitió lograr el éxito que le era esquivo a la Argentina desde hacía 36 años”. Además, afirma que un líder debe poder cambiar las piezas que no están funcionando y lograr que quien sale se siga sintiendo parte del equipo.

Como se puede percibir, un equipo de fútbol tiene muchísimo en común con los equipos de trabajos de las organizaciones empresariales, y nos permite entender que el éxito logrado en esta última copa del mundo por parte de la selección argentina contó con al menos los siguientes ingredientes: Preparación, liderazgo emocional y un gran respeto entre los jugadores, el equipo técnico y los directivos.

Finalmente, les dejo una pregunta: ¿Qué y cómo podemos aplicar de esta experiencia en nuestras vidas y en nuestra comunidad? ¡Tenemos un gran ejemplo para inspirarnos!