Este jueves, los cancilleres del Mercosur abrieron formalmente la cumbre de dos días, luego de que el canciller uruguayo, Omar Paganini, mantuviese una bilateral con el nuevo comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic.
El objetivo de la Comisión Europea genera rispideces con gobiernos de la UE.
Poco antes del arribo de Von der Leyen a Montevideo, el presidente francés Emmanuel Macron le reiteró que el proyecto de acuerdo comercial es “inaceptable en su estado actual”. “Continuaremos defendiendo sin descanso nuestra soberanía agrícola”, añadió la presidencia francesa en un mensaje en X.
Desde hace casi 25 años, el Mercosur negocia un TLC con el bloque europeo demorado en innumerables ocasiones, en medio de tensiones por cuestiones sensibles como la protección del medio ambiente o las compras públicas.
Ya en 2019, la UE y el Mercosur habían anunciado la conclusión de un pacto, pero el proceso se estancó sin que se ratificara. Ahora, según fuentes conocedoras de la negociación consultadas por la AFP, las partes llegarán a un acuerdo técnico que ha evolucionado en los últimos cinco años, con modificaciones en “varios capítulos” como compras gubernamentales, servicios, propiedad intelectual y por supuesto, medio ambiente.
A FAVOR Y EN CONTRA. A pesar de la oposición de Francia, donde el sector agropecuario rechaza el acuerdo por considerar que competirían en inferioridad de condiciones, la Comisión Europea, encargada de negociar, parece decidida a concretarlo.
Además, España y Alemania y la mayoría de los países europeos presionan para cerrar estas dilatadas negociaciones, a pocos meses de que asuma Donald Trump en Estados Unidos y disponga, según prometió, un aumento de aranceles aduaneros.
Europa espera exportar autos, maquinaria y medicinas al bloque sureño, inserto en una región bajo fuerte influencia de China, en tanto el Mercosur espera colocar más alimentos como soja, carne o miel en Europa.
ONG y militantes de izquierda europeos consideran que este proyecto aceleraría la deforestación de la Amazonia y agravaría la crisis climática al aumentar las emisiones de efecto invernadero. Greenpeace denuncia un texto “desastroso” para el medioambiente.
Más allá de la voluntad de la comisión y el Mercosur de cerrar una etapa en este largo proceso, nada asegura que un entendimiento en Montevideo termine en un TLC.
“Hay un mensaje de apoyo irrestricto de la Comisión al Pacto Verde (europeo) y a los temas ambientales y a los acuerdos comerciales. Y para (el presidente brasileño, Lula (da Silva) es súper importante (el TLC) para contener a (Javier) Milei”, el presidente argentino libertario que no es un fanático del Mercosur, explicó Ignacio Bartesaghi, profesor de la Universidad Católica del Uruguay experto en la historia del Mercosur.
El acuerdo de libre comercio con el Mercosur sería “un faro de esperanza” para la UE, dijo el presidente de la Comisión de Comercio del Parlamento Europeo, el alemán Bernd Lange. El acuerdo “no solamente proporcionaría nuevas oportunidades de exportación, sino que reforzaría aún más nuestras relaciones políticas y económicas con los países del Mercosur”, señaló y advirtió sobre “las turbulencias a las que se puede enfrentar la economía mundial en el futuro próximo”.