14 feb. 2025

“Me hubiese gustado mucho ser profesor de Matemáticas”

Desde hace 43 años Víctor Quiñónez (53) ocupa un puesto de lustrabotas en la Plaza de la Libertad, sobre la calle Chile.

Cada día llega desde la Chacarita para mantener el lugar que originalmente fue de su padre. Los tiempos y los calzados cambiaron y Víctor tuvo que diversificar su rubro.

“Ahora ya hay poco lustre. No se usa más casi zapatos de esa clase. Por eso, ahora arreglo también. Esto aprendí de mi papá y me deja más plata”, dice el trabajador cuya jornada va de 6:00 a 14:00, de lunes a sábados.

Con el trabajo que realiza cada día pudo criar a sus cinco hijas. Según cuenta, algunos días espera horas por la llegada de clientes.

“Es difícil así esta situación, uno se preocupa porque debe hacer algo para mantenerse cada día”.

La zapatería y el lustrado no es el único oficio de Víctor. También suele realizar trabajos de pintura y albañilería. Un tiempo fue jugador de fútbol. Cuenta que jugó en un club de Alto Paraná, pero regresó. “No me hallaba por allá”, dice.

Víctor revela que es un apasionado por los números. Cuenta que un profesor le enseñó a memorizar las tablas de multiplicar diciéndole que esa era la clave para aprender el ejercicio.

Confiesa que por dedicarse desde muy pequeño a trabajar para ayudar a su madre, no pudo seguir una carrera. “Me hubiese gustado ser profesor de Matemáticas. Pero a mis hijas les enseñé todo”.

Revela que hace un tiempo volvió a la Chacarita. Vivió 30 años en Capiatá con sus hijas y la madre de ellas. Su compañera de vida falleció hace dos años a causa del Covid. “Mis hijas me dijeron que me quede en la casa, pero ya no quería estar ahí”, dice al expresar el dolor que le causa la ausencia de su compañera.