El filme, protagonizado por Mark Wahlberg (“The Departed”, 2006), Olga Kurylenko (próxima chica Bond en la nueva película del agente 007) y Amaury Nolasco (“Prison Break”), debuta hoy en los cines de EEUU, entre la expectación de los miles de seguidores del personaje virtual.
“No he hecho nunca una segunda parte y no espero repetir con esta; lo intentaron con ‘The Italian job’ (2003) y con otras, pero si no se mejora la primera prefiero que ni se plantee”, manifestó el actor, que dejó abierta la posibilidad de retomar el papel si “la historia gusta a la gente y se mejora”. EFE | Ampliar imagen
La trama de la película “Max Payne”, que comparte nombre con el videojuego, transcurre en un ambiente oscuro y frío, en una interminable nevada sobre la ciudad y avanza arrastrada por las ansias de justicia del protagonista Max (Wahlberg), obsesionado con dar caza a los criminales que mataron a su familia.
“Ésta es buena”, dijo Wahlberg en referencia a la calidad del filme.
“Quería hacer algo divertido, intenso, después de hacer ‘The Happening’. Era una oportunidad perfecta para esto”, explicó el actor, para quien no todo el rodaje fue agradable.
En una de las secuencias más dramáticas de la película Wahlberg tuvo que interpretar bajo el agua, casi a oscuras, sin referencias de dónde estaban las cámaras.
“Fue miserable”, aseguró.
“Te sostienen por debajo, te quitan el aire... es lo que menos me gusta. De hecho tengo un problema de oído desde que trabajé en ‘The Perfect Storm’ (2000)”, explicó.
El actor, de 37 años y recientemente padre de un tercer hijo, reconoció que no sabía de la existencia del juego “Max Payne” hasta que le ofrecieron hacer el filme, y admitió no haber dedicado tiempo al programa porque tiene una “personalidad adictiva”.
“Soy de la vieja escuela”, indicó Wahlberg, quien afirmó haber sido un seguidor de juegos más primitivos como “Pacman” o “Sega Hockey 93".
“He visto jugar a mi hermana. Ahora tengo hijos y no me lo puedo permitir. Ya no soy un adicto a la adrenalina como antes”, confesó el intérprete, que ha dejado aparcada la moto y ahora juega al golf y anunció que se iba a quitar todos su tatuajes porque no quiere que sus hijos se los hagan.
Wahlberg dijo buscar ahora una comedia romántica y rechazó en principio la idea de hacer una segunda parte de “Max Payne” y seguir así los pasos del videojuego, que tiene continuación.
“No he hecho nunca una segunda parte y no espero repetir con esta; lo intentaron con ‘The Italian job’ (2003) y con otras, pero si no se mejora la primera prefiero que ni se plantee”, manifestó el actor, que dejó abierta la posibilidad de retomar el papel si “la historia gusta a la gente y se mejora”.
La idea de repetir no entra en los planes iniciales de la producción, aunque el director John Moore (‘Behind Enemy Lies’, 2006), se mostró encantado con la posibilidad.
“Me gustaría, creo que hay mucho más que contar, pero si no hay Mark no hay Max. Esto no es como James Bond, aquí no podemos cambiar. Al menos yo no estaría interesado en seguir con otro actor”, señaló Moore.
Para este cineasta irlandés, el mayor desafío del filme era captar la atmósfera del videojuego, incluida la estética de las escenas de acción, para lo que empleó en dos ocasiones un sistema de cámara superlenta con un efecto parecido al visto en “Matrix” (1999).
“Max Payne” se convertirá este año en heredero de producciones como la saga de “Tomb Raider”, “Doom” (2005), “Street Fighter” (1994) o “Super Mario Bros” (1993) que pasaron de la videoconsola al cine.
Hasta el momento, y a diferencia de lo que pasa con las historias llegadas del cómic, los videojuegos no han logrado igualar en la gran pantalla el éxito obtenido en los hogares por los programas de ocio, una asignatura pendiente que pondrá a prueba las virtudes de “Max Payne”.