El teniente, junto a un pasero de nombre Fernando Delvalle, alias Cano, y cuatro brasileños, habrían retenido por varias horas a Nelson Daniel Benítez González en el destacamento naval, antes de enviarlo al Brasil, donde fue liberado tras pagar supuestamente USD 6.000 a traficantes, que serían miembros del PCC, por un cargamento de fusiles AK47 que no llegó a destino.
Según una investigación fiscal-policial, la camioneta de marca Chevrolet que ocupaba la víctima también quedó en poder de sus captores.
El extravío o hurto de un cargamento de armas de guerra, que debía ser enviado al Brasil a través del Lago Itaipú, jurisdicción de la Base Naval del Este, comandado por el capitán de navío Walter Díaz, fue el detonante del caso que desnudó el esquema del tráfico de armas, con cobertura militar en la zona de la Triple Frontera.
La fiscala Zunilda Ocampos señaló que el militar negó los hechos, dijo que vio a Benítez y al otro pasero conversando con desconocidos, pero que no supo de qué trataban.
La liberación de Nelson Benítez se produjo en la tarde del jueves, en la ciudad de Foz de Yguazú, Brasil, de donde ingresó en un mototaxi al Paraguay.
En la Fiscalía dijo a la fiscala Zunilda Ocampos que fue llamado por el militar hasta el destacamento de la Marina.
Bajo amenazas
Según la fiscala, el pasero confesó que le amenazaron de muerte si no contaba dónde fue a parar el volumen de mercaderías, que, según escuchó a sus captores, eran tres fusiles AK47, que pertenecía a un patrón del lado brasileño. El militar mismo sugirió en varias ocasiones a los brasileños que lo lleven, porque no contaba qué pasó del cargamento.