María Aurelia Codas, primera Reina Panamericana de la Belleza en 1971, recuerda su paso por el certamen que marcó su vida y habla sobre su labor al frente de Mamá Club, un espacio con más de 40 años de trayectoria dedicado a acompañar y empoderar a las madres.
Comentó que nunca fue modelo y que su incursión en el certamen se dio de manera casual, tras participar en un concurso organizado por la Embajada de Colombia, que convocó a jóvenes de la sociedad para representar a Paraguay en el Reinado Panamericano de la Belleza.
“Fue una experiencia muy enriquecedora porque aprendí a manejarme frente a las cámaras, a dar entrevistas y a firmar autógrafos, que era lo habitual en aquella época. Realmente cambió mi vida, me permitió conocer un mundo del que estaba muy alejada, el mundo de ser popular realmente. Desde ese momento mi vida nunca fue igual; pasé de formar parte de un grupo reducido a ser conocida en todo Paraguay”, relató.
Valores y carácter
María Aurelia asegura que su formación se la debe a su familia. “Mis valores fueron dados por mi madre, mi padre y mis abuelos. Fui muy mimada por mi padre, siendo la única hija entre cuatro hermanos. Él incidió en toda mi vida, no solo en mi niñez, sino hasta hace poco tiempo. Falleció con casi 100 años, y tuve la dicha de disfrutar de mis padres y de mi abuela –que también vivió un siglo– hasta hace poco. Todo eso me dio mucha seguridad”, expresó.
Esa misma seguridad procura transmitírsela hoy a sus nietos. “Siempre digo en broma que no hay nada mejor que tener una abuela que todo el día te diga: ‘sos lo máximo’. Las abuelas estamos para eso, para dar fuerza y hacerles sentir que pueden lograr lo que se propongan”.
Se define como una mujer independiente, con metas claras e incansable. “Desde chica he conseguido mis objetivos porque pongo mucha tenacidad en todo lo que emprendo. Mi padre siempre fue mi guía y me decía: ‘Nunca dejes de trabajar; trabajá menos si es necesario, pero nunca abandones el trabajo. Eso es lo que nos mantiene vivos’. Esa frase me acompaña hasta hoy. Veo mucha diferencia entre quienes a mi edad ya no trabajan y quienes seguimos activos; en mi caso, sigo creciendo y evolucionando, y eso me hace bien”, dijo.
Acompañando a las madres
La idea de crear Mamá Club nació a partir del pedido de las alumnas de gimnasia de María Aurelia, quien en ese entonces instruía a más de 300 mujeres. “Hacíamos gimnasia reductora, aeróbica y también para la tercera edad. Con el tiempo varias alumnas comenzaron a quedar embarazadas y me decían: ‘Tenés que hacer algo para embarazadas’. Fue por ellas que empecé a pensar en un lugar donde pudieran vivir un embarazo seguro y con mucha información”, recordó.
Hoy, Mamá Club celebra 42 años de trayectoria. En este tiempo pasaron por sus clases cientos de profesionales y miles de embarazadas. “Después de la pandemia, la cantidad de alumnas se duplicó e incluso triplicó. Las clases online, combinadas con las presenciales, hicieron que lleguemos mucho más lejos. Tengo alumnas del interior del país y también del exterior, en lugares tan distantes como Japón, Dubái, países de Europa y de América. Para mí, eso es una enorme satisfacción”, expresó.
A lo largo de estas décadas, María Aurelia enfrentó grandes desafíos en el desarrollo del club. “Cuando comenzamos, los padres no participaban del parto. Todo se logró gracias a la presión de las madres, que son las que marcan el camino. También tuve la oportunidad de trabajar en Cateura, con mujeres en situación de mucha soledad y escasez económica, quienes aprendieron a valorarse y a descubrir su potencial”, comentó.
En Mamá Club no solo se abordan temas sobre embarazo y parto, sino también sobre cómo desenvolverse en todas las relaciones. “Me di cuenta de que ellas me dieron mucho más de lo que yo podía ofrecerles”, confesó.
Esa experiencia le permitió aprender de la fortaleza y alegría de las mujeres, incluso en contextos difíciles. “Fue una gran enseñanza verlas rodeadas de sus hijos pequeños, siempre dispuestas y con energía para luchar cada día”.
Para María Aurelia, la clave del éxito de Mamá Club está en la capacidad de adaptación. “El club siempre está en cambio, porque son las mamás las que exigen y logran esos cambios. Creo que eso es lo que realmente me motiva a seguir”, concluyó.