Tras dos años de ausencia en las calles, por culpa de la pandemia, la tradicional marcha volvió a convocar una multitud de personas que pese al frío y la lluvia que reinaron ayer en la capital paulista no dudaron en asistir a la manifestación.
Armados de pancartas y porros de “maconha” (como se conoce en Brasil a la marihuana), los asistentes también disfrutaron del cannabis durante la marcha dejando su particular aroma a lo largo de la Avenida Paulista.
La manifestación busca que en Brasil se permita la siembra y el consumo de cannabis, tanto con fines medicinales como recreativos, y que se pueda explotar el potencial económico de los productos a base de esta hierba en ambientes apropiados.
En esta oportunidad la marcha también pidió la legalización de todas las drogas ilícitas. Bajo el lema La guerra es genocidio, la legalización es vida, los participantes pidieron el fin de la guerra contra las drogas y señalaron que la prohibición es un fracaso que solo trae violencia y muerte.
De acuerdo con el movimiento Marcha da Maconha, la manifestación no tiene la intención de apoyar o alentar el consumo del cannabis ni de ninguna droga. “Sin embargo, compartimos el entendimiento de que la política prohibicionista radical vigente hoy en Brasil y en la gran mayoría de los países del mundo es un completo fracaso, que exige un alto precio en vidas humanas y despilfarro de recursos públicos”, explicaron los organizadores.
En la marcha también se vieron carteles que decían “Legaliza mi remedio” pues aunque desde 2015 está autorizada en Brasil la importación de productos a base de cannabis y actualmente se comercializa cerca de una veintena de medicamentos de este tipo, los altos precios dificultan el acceso de quienes los necesitan. EFE
