Clarisa Enciso
@Encisoclarisa
Ante más de 40.000 mil personas, el grupo de rock en español Maná brindó un épico concierto en el que la euforia y las buenas canciones fueron el plato principal.
La banda subió al escenario a las 23:00. Los fuegos artificiales y un juego de luces fueron el puntapié inicial para dar paso a la primera canción se la noche Mándame una señal. El estadio retumbó como nunca, gritos, coreos y la gente alborozada disfrutó de más de dos horas de concierto.
Ocho fueron los años de espera del público de Maná para verlos tocar de vuelta en suelo guaraní, pero dieron cátedra de que realmente lo bueno se hace esperar. La interacción con el público fue constante, ya que Fer Olvera, el vocalista del grupo no perdía momento alguno para hablar con su gente de Paraguay.
“Tenemos una mezcla de sentimientos. Increíble que nos hayamos alejado 8 años por todo lo que estaba pasando en años anteriores. Pero de ahora en más vamos a volver más seguido. ¡Paraguay, son los más chingones de todos!”, manifestó el cantante.
Variado repertorio. Los clásicos, incluidos en su primer álbum hasta el actual, se hicieron presentes en el escenario “¿Quién te hará el Amor en Asunción?” Se escuchó decir al cantante durante la canción De los pies a la cabeza, posteriormente sonaron Corazón espinado, Ángel de amor, cuando también el artista cambió parte de la letra para dedicarlo al público “Cómo duele el corazón cuando es paraguayo”, y continuaron con Labios compartidos. Un momento impactante de la noche fue la entrada de un elefante gigante para acompañar el pedido de Maná para reflexionar sobre la problemática del planeta y de todos los recursos que nos da la naturaleza y que el ser humano destruye sin darse cuenta. Con esta reflexión dieron paso a una canción de su primer álbum, ¿Dónde jugarán los niños? Una canción emotiva y con un mensaje para mover montañas.
Posteriormente de ello, se vinieron los clásicos Vivir sin aire, Bendita la luz, Mariposa traicionera. “Paraguay, Rohayhu”, repitió el cantante tres veces, para continuar con Se me olvidó otra vez y el superclásico: Oye, mi amor.
Alejandro González Trujillo, el baterista del grupo y uno de los más solicitados por el público femenino, realizó un brutal solo de batería que demostró por qué es uno de los mejores bateristas del mundo.
Tras casi diez minutos, la banda cambió de escenario a uno ubicado en medio del campo. Los integrantes pasaron en carritos del golf entre el público y empezaron una amena peña, cuando cantaron Sigo siendo el rey para luego subir a una fanática al escenario y cantar Te lloré todo un río y Huele a tristeza
Sorpresa. La guitarrista paraguaya Loida Liuzzi subió al escenario y se robó el show. Ejecutó la guitarra codo con codo con el guitarrista de Maná, Sergio Vallín, quien quedó encantado con nuestra compatriota y su destreza con las cuerdas. El grupo Paiko también deleitó al multitudinario público. El concierto terminó con uno de los temas más solicitados del público Rayando el sol.