“En el momento que se den las condiciones, con una agenda consensuada, lugar de reuniones y los métodos de trabajo, iremos con buena fe al diálogo. Hemos logrado convocar y vamos a sentar en la mesa a las oposiciones venezolanas. ¡Triunfo Revolucionario!”, expresó el mandatario a través de la red social Twitter.
Pero las condiciones que fijó Maduro distan mucho de las de la oposición, lo que está retrasando tomar una decisión final sobre la fecha y lugar que comenzarán las conversaciones, en caso de que, finalmente, se produzcan.
En primer lugar, Maduro exige el levantamiento de las sanciones y de todas las medidas coercitivas unilaterales contra Venezuela por parte de los países imperiales de occidente y del norte”. Como segundo requisito pide “el reconocimiento de la Constitución venezolana y de los poderes públicos”, desconocidos a la fecha por la oposición y por gran parte de la comunidad internacional. La tercera exigencia es la devolución “inmediata” de las cuentas bancarias “con todo el dinero que ha sido secuestrado en EEUU y en Europa, y de los activos venezolanos”. Además, condiciona el diálogo a que las negociaciones se hagan de manera pública, abierta y con prensa que documente el diálogo. EFE