Se había anunciado la realización de una manifestación durante la misa en el Santuario de la Virgen, en reclamo y defensa de los derechos de María Belén, quien habría sido víctima de acoso por parte de Christian Kriskovich, profesor de la Universidad Católica y miembro del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM). Inmediatamente, efectivos policiales, desde tempranas horas, ya estaban atentos a la realización de dicha manifestación.
Según los informes, los manifestantes intentaron acercarse hasta el frente mismo, pero fueron arrinconados hacia un sector de la plazoleta del santuario (vereda de la calle Concepción, costado sur de la explanada), donde exhibiendo varias de sus pancartas de repudio, condena y clamando justicia en el caso de María Belén.
Al término de la misa, la señora Castañe, exhibiendo un cartel que decía “No es galanteo, es acoso”, se prestó para una nota periodística. Señaló que el hecho ocurrido no es galanteo, es acoso. “Pido y quiero que a mi hija María Belén se le restituyan todas las garantías legales, la defensa de un juicio justo a sus abogados y que se dejen presentar todas las pruebas y que no desestimen más pruebas fundamentales para la justicia”, reclamó.
Seguidamente, dirigiéndose al presidente de la Corte Suprema de Justicia, ministro Eugenio Jiménez Rolón, le suplicó: “Le imploro, señor Jiménez Rolón; confío en usted aún. Dele celeridad al punto 16 que van a tratar este martes entre los ministros de la Corte Suprema de Justicia. Usted nos prometió una semana; mañana van a ser cinco”.
Su petición dijo que lo hacía como madre. “Le ruego, cumpla nada más con su papel e impartir justicia de manera legal y no teniendo una justicia genuflexa, que lamentablemente nuestro país se ha ganado esa fama, que en Paraguay se violan todo tipo de garantías legales y constitucionales”, enfatizó la madre.
Acompañó a Mónica Castañe en lo que llamaron la jornada de repudio y de reclamo de una justicia para María Belén gente de Amnistía Internacional, de la Confederación Paraguaya de Trabajadores, del Grupo Madres Contra el Acoso, del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Católica, entre otros. “La verdad que tenemos todo un pueblo que nos ayuda”, remarcó la madre de María Belén, joven que obtuvo refugio en Uruguay. Había denunciado a Kriskovich por acoso, pero la Fiscalía la desestimó por considerarlo solo “galanteo”.