Plantaciones forestales que están en la mira de empresas internacionales están siendo sustraídas de tierras de Yby Yaú y Azotey, para convertirse en carbón vegetal que luego se comercializa ilegalmente.
La Federación Paraguaya de Madereros (Fepama) expresó su rechazo ante estos actos delictivos denunciados ante la Policía Nacional y la Fiscalía.
En este caso se trata de la estancia Kaagatá, que se extiende en 1.200 hectáreas. La propietaria Mabel Valiente destinó 100 hectáreas a la reforestación con eucaliptos en un proceso que empezó hace diez años.
“Plantar y darle manejo silvicultural a una hectárea reforestada con esta especie implica, al menos, una inversión de G. 21.450.000 por hectárea, lo que se traduce en aproximadamente G. 2.100 millones en el caso de este bosque”, explicó Fepama sobre la inversión puntual que está en riesgo, pero invita a mirar los USD 3.000 millones que están en juego a través de la firma Paracel, que tiene en la mira estas plantaciones para abastecer a su futura planta.
Sin embargo, el sector privado sigue sin respuestas, a la par que las personas denunciadas amplían la capacidad de sus hornos para producir carbón vegetal.
En el caso intervinieron además representantes del Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra, que propusieron a la propietaria comprar sus tierras. “Fepama insta a los órganos del Estado a poner fin a esta crítica situación, que es una afrenta directa a las leyes de la República. Exige, igualmente, castigo ejemplar a los responsables, a fin de garantizar las inversiones forestales que con mucho esfuerzo y sacrificio se llevan adelante en el Paraguay”, sentenció el gremio.
Los productores forestales denunciaron robos de árboles en el Departamento de Concepción, donde se proyecta una planta de celulosa que promete una inyección de USD 3.000 millones.