Guillermo Areco
Tw: @guille_areco
Sportivo Luqueño festejó en La Nueva Olla (victoria 2-1) y respira en el torneo, ante un Cerro Porteño apático, que se hunde aferrado a un argumento frágil y predecible.
Básico y letal, el Auriazul lo ganó porque fue un equipo solidario y sapiente, que supo darle lectura al juego para potenciar sus virtudes y minimizar falencia.
El sacrificio fue la clave para sostener un ritmo frenético. La velocidad y la precisión en el medio fueron fundamentales para edificar la victoria. En defensa, Paulo Lima fue el líder en el cual el equipo sentó las bases de un esquema sólido, que desembocaron en un juego vertical de Ortiz (que generó las acciones de los dos goles) y Armoa, el más desequilibrante en el mano a mano. Otro punto alto fue Arzamendia, que se afirma en un pórtico difícil.
En lo táctico, Luqueño plasmó una doble línea de 4, estilo que no lo ruborizó al momento de defender en propio campo y aprovechar los espacios para golpear de manera certera de contra.
MISMOS MALES. Cerro deambuló por el campo siendo un equipo largo y descoordinado para el retroceso. La mayor debilidad estuvo en la pérdida del control en ataque, ya que la zaga central pagó alto precio al no achicar espacios, y se vio sobrepasada por la rápida respuesta y claridad de los auriazules. La falta de determinación para el cierre de la última línea desembocó en los goles de la visita.
El Ciclón, carente de fantasía, manejó el juego en base a desgaste del rival, aunque nunca lo desacomodó por que cayó en la trampa del embudo defensivo. Movió la pelota en el medio con un estilo ya muy conocido: extremos definidos con relevos en los laterales y apoyo de volantes a los dos hombres en punta, que pelean más fuera del área que en zona de definición.
El argumento desnuda falencias, tanto en el retorno, como en la ausencia de lanzadores efectivos al momento de cargar en ofensiva, sin mostrar variantes para revertir la situación en cancha.
5 puntos sumó Cerro Porteño de 15 posibles en los últimos 5 juegos. Solo ganó ante River (2-0) en la fecha 8.
7 victorias registra Luqueño en barrio Obrero en 49 duelos. Cerro ganó en 26 juegos y hubo 16 empates.
“El club y toda la Comisión Directiva apoyan al cuerpo técnico. Estoy muy desilusionado. A partir de ahora el que no sienta la camiseta de Cerro Porteño se va a ir. El cuerpo técnico se queda y va a seguir trabajando”. Raúl Zapag, presidente de Cerro Porteño.
“Derrota difícil de explicar” para Russo
El técnico de Cerro Porteño, Miguel Ángel Russo, analizó la caída de su equipo y también al momento que atraviesan en el torneo. “Pasa por no estar tranquilos”, declaró el argentino.
“La derrota duele mucho por la forma. Buscar culpable ya está de más. Es muy difícil explicar las derrotas”, expresó el DT. “Tiene que ver con nosotros mismos. Le dimos mucho la pelota al equipo rival y así se hace difícil”, agregó.
Sostuvo además que deberán seguir trabajando sobre los errores nuevamente. “Hay que achicar el margen de error y trabajar sobre ello. Nosotros trabajamos en todo, pero a veces tiene que ver con la forma”, indicó. Asimismo, dijo: “La forma de mejorar es trabajando y trabajando, no conozco otra forma”. Consultado por su continuidad, Russo tiró: “No puedo andar respondiendo este tipo de preguntas constantemente”.
Centurión: “El equipo demostró actitud”
Hugo Centurión, técnico de Luqueño, indicó que “el equipo demostró que tiene actitud y, por suerte, conseguimos el triunfo”. Señaló que el equipo en general realizó el partido que querían. “Sabíamos que teníamos que presionar a los volantes de Cerro. Creo que salió muy bien el planteamiento”, culminó. El Chicha dirigió su 2º partido en el Clausura (perdió el anterior).
