13 ago. 2025

Los primeros 100 días de decir NO

Luigi Picollo, vicepresidente del Club de Ejecutivos del Paraguay

Ya comenzó el nuevo periodo de Gobierno. El calendario indica eso, pero algunos aún se comportan como si continuasen en campaña. Es importante entender esa diferencia, porque ya es tiempo de tomar decisiones impopulares, frenar pedidos, alejarse de algunos y poner orden en la casa. Eso asusta al que viene acostumbrado a prometer y agradar. Ahora lo acumulado en la cuenta positiva se debería de gastar diciendo que NO.

Un factor que complica dejando menos espacio para maniobras es la difícil situación económica de los países vecinos que no van a resolver sus problemas en el corto plazo y están lejos de estabilizarse. Como macroeconómicamente influyen en nuestro proceso, terminan incidiendo en nuestro crecimiento. Para los organismos extranjeros, no podemos ser tan diferentes y tener un destino muy superior al barrio. El mundo está con otros problemas y lo que ocurra –en el mejor de los casos– va a ser neutro para Paraguay. Todo el dinero fácil que vino a refugiarse a Paraguay mientras los vecinos estaban mal, no vendría más. Brasil se va a estabilizar con Bolsonaro y Brasil podría atraer la mayor parte de la inversión directa extranjera que venga al vecindario. Big is beautiful. Por lo que estaríamos realmente solos, por nuestra cuenta y riesgo.

Mientras tanto dentro de casa siguen las exigencias de opulenta vida que veníamos sosteniendo con deuda y dibujos contables. Va a ser insólito hablarle a la familia de pobreza y austeridad. Pero es la obligación del que busca el bien de muchos, aunque le cueste, pararle el carro a unos pocos ruidosos organizados. También es un tema de definir el respeto al estilo de liderazgo. En nuestro medio, la gente prueba a ver si pasa. Si pasa, ya no respetará.

Las intenciones del desorden de gastos, aumentos presupuestarios, desprecarizar a los contratados, y todas las sublimes formas de “evitar problemas sociales” con plata que no hay, deben terminar. Lo inentendible es que este ambiente es típico del quinto año de gobierno, no del primer 0,5 año (¡!). NO estamos más en campaña.

Es el momento de portarnos bien, en el ser y en parecer, de cumplir la Ley de Responsabilidad Fiscal. Lo que haga falta que lo haga el sector privado. A avanzar con las concesiones, APP, y todas las modalidades de asociaciones público-privadas. ¿Supuestamente las APP no funcionaron porque las hicieron muy grandes? No hay problema que se hagan más pequeñas y serán innumerables. Hay que poner el hombro y además hacer negocios con los sectores que necesitan inversión. Brasil dio un gran salto de crecimiento por las concesiones. Eso también aplicaría para nosotros.

Hay sectores que el Estado maneja monopólicamente desde la producción hasta la distribución final, mientras que en Argentina (para no ir lejos) ya está totalmente concesionado o privatizado. Al Estado no se le puede exigir calidad de servicio, pero al privado responsable de la concesión sí se le puede exigir con todo el rigor. Allí esta el gran salto. Solo así aumentará el ahorro, la excelencia, la productividad, la infraestructura, la capacidad productiva de empresas legítimamente radicadas en Paraguay, que es lo que verdaderamente crean riqueza.

La forma de modernizar al Estado es que su crecimiento se dé a través de fórmulas de colaboración con los privados, que se comparta el riesgo con los privados, que se comparta el uso de los bienes con los privados. Esta es la idea de fondo, el nombre jurídico importa menos. De hecho, todos en el sector real estamos esperando esta luz verde de los nuevos dirigentes. ¡Que termine la campaña y a trabajar! Como no tienen la plata para decir SÍ, que ellos digan el NO. Y nosotros haremos bien y a justo precio lo que haga falta hacer, siempre en un marco de legalidad y equidad, claro está.