Los productores de bovinos de exportación ingresan a un periodo en el que tendrán que ser eficientes en el uso de agua y pastura, pero ya lejos de la crisis del año pasado que los sorprendió primeramente con la pandemia y luego con agravantes que se tradujeron en caída de precios, falta de mercados, sequía y hasta incendios.
Durante los próximos meses, el éxito de los ganaderos se medirá por la capacidad de reserva de agua y forraje, así como por la regulación de la carga de animales en los campos, ya que estos tendrán una limitada disponibilidad de pastura por la anunciada ausencia de lluvias en esta época.
Para el presidente de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), Pedro Galli, es imposible hacer una comparación con un año “catastrófico” como lo fue el 2020, cuando se sumaron varios factores que condujeron a una crisis del sector y que se evidenció más cuando la cotización se desplomó a USD 2 por kilogramo al gancho.
En ese sentido, dijo que será una temporada más tranquila. “La gente que puede manejar sus compromisos financieros puede retener sus animales, dependiendo de la reserva de forraje y de recursos que tenga. Así como está viniendo es un buen año, aunque se está atrasando la zafra. El maíz está extremadamente caro para la suplementación y puede afectar al encierro de los animales, pero por otro lado eso le sigue favoreciendo a la economía del país”, agregó.
En la misma línea, el titular de la Asociación Paraguaya de Productores y Exportadores de Carne, Fernando Serrati, detalló que tendrá ventajas el ganadero que tenga integrada la agricultura, teniendo en cuenta además los precios actuales de los bovinos; el macho está a USD 3,5 y la hembra a USD 3,3 por kilogramo al gancho. “Con estos precios que tenemos hoy, yo creo que da para el que tiene su propia agricultura. El que no tiene granos, no va a rematar, pero va a demorar la terminación de los animales”, indicó.
Para Serrati también es un año más tranquilo, pero considera que no es normal la baja humedad, ya que en años anteriores llovía en abundancia en otoño, lo que ayudaba a soportar mejor el invierno. “Hay que ser muy cuidadosos, tomar precauciones, ser muy eficiente en el uso de la pastura y del agua, ahora estamos empezando a cortar el maíz zafriña, que va a permitir hacer el engorde a corral este año”, añadió.
Esta mejoría que describen los principales dirigentes del sector pecuario se observa en los precios del ganado, que hasta junio alcanzó en promedio USD 3,29 por kilogramo al gancho, casi 1 USD más que el primer semestre del 2020.
Faena. Solo en mayo se faenaron 198.754 bovinos en los 12 frigoríficos de exportación, poco menos que abril, mientras que el récord todavía corresponde a marzo, cuando el nivel de procesamiento llegó a casi 231.000 cabezas. “Tenemos un ritmo de faena tan espectacular que no tenemos camiones para mover los animales de invernada”, comentó de manera anecdótica Serrati, quien maneja la hipótesis de que junio cerrará con 200.000 bovinos faenados.