Pese al aumento de personas contagiadas, el número de muertes por la enfermedad se redujo en un 37 %, desde 62 en los dos primeros meses de 2014 hasta 39 en lo que va de este año.
De la misma forma, el número de los llamados casos graves de dengue se redujo en un 17,2 %, desde 93 el año pasado hasta 77 en 2015, y el de los casos confirmados con señales de alarma, cuando la enfermedad puede agravarse, bajó un 28 %, desde 771 hasta 555 en el período analizado.
El balance fue divulgado por el ministro brasileño de Salud, Arthur Chioro, en un evento en el que anunció la liberación de 150 millones de reales (unos 50 millones de dólares) para campañas de los gobiernos regionales y municipales de prevención del dengue y de combate al Aedes aegypti, el mosquito que transmite la enfermedad.
Chioro destacó especialmente la situación en Sao Paulo, el estado más poblado de Brasil, donde el número de muertos por dengue saltó desde 5 en el primer bimestre del año pasado hasta 24 en los dos primeros meses de 2015, con un aumento del 380 %.
El número de casos de dengue en Sao Paulo subió un 697 % en el período analizado, desde 11.876 confirmados en enero y febrero del año pasado hasta 94.623 registrados en lo que va de 2015.
El ministro aclaró que ese significativo aumento de las muertes y de los casos en Sao Paulo está concentrado en un grupo de municipios que no adoptó medidas de prevención contra el dengue en los meses previos al verano austral y al actual período de lluvias, que favorecen la proliferación de los mosquitos transmisores.
Chioro admitió que la actual crisis hídrica en Sao Paulo, la más grave de los últimos 30 años y que dejó en sus reservas técnicas las principales fuentes de agua de esta región, también pudo contribuir en la proliferación de la enfermedad.
“En muchas regiones, por la falta de agua (en las tuberías), las personas terminaron acumulando agua en casa de forma incorrecta y eso ayudó a ampliar la proliferación de los mosquitos”, dijo.
Chioro pidió a las autoridades regionales y municipales que mantengan la alerta debido a que en los dos próximos meses, para cuando se esperan lluvias, los casos pueden crecer.
“El período entre marzo y mayo es, históricamente, el de mayor transmisión de dengue en Brasil por las lluvias y el calor, y eso exige redoblar la vigilancia”, afirmó.