Por Richard Ferreira Candia | rferreira@uhora.com.py
El comandante hablaba de las intervenciones que se realizaron en la Zona Norte, sin mucho éxito, al menos a la vista pública.
-Está pasando mucho tiempo y el tema no se cierra. Te decía que si los organismos de seguridad no daban de manera rápida con ellos, la cosa iba a ponerse fea para Lugo. Y eso está pasando... -añadió.
Habíamos retomado nuestro diálogo semanal en el bar ubicado frente al Palacio de Gobierno. De nuevo, dos tazas de café, negro, sin azúcar, fueron testigos mudos de nuestra conversación.
-¿Buenas vacaciones? -preguntó. El comandante estaba distendido.
-Si se le puede llamar vacaciones a unos pocos días libres... sí, porque disfruté al máximo la algunas veces olvidada “vida familiar” -respondí.
-Eso es bueno, Ferreira. La familia es importante... -indicó como si fuera una recomendación de padre.
-¿Y usted, comandante? -lancé a modo de cortesía. Sabía que no iba a responder mucho sobre su vida.
-Bien -fue su corta respuesta. Inmediatamente cambió de tema.
EPP. -Al ministro Filizzola se le está complicando el asunto de estos supuestos guerrilleros. Es cierto, había dicho que esta no era una carrera de velocidad, sino de precisión. Y puede que tenga razón, pero si no se logran resultados, el EPP seguirá siendo una bomba de tiempo para Lugo. Imaginate qué pasará si logra dar otro golpe.
La reflexión del comandante tenía lógica. En caso de que el Gobierno no logre resultados en el operativo y el EPP dé de nuevo una estocada, por ejemplo, con otro secuestro, el peligro de que caiga el Gobierno estará más latente que nunca. Y eso lo saben Lugo, Filizzola y, por qué no decirlo, es esperado por algunos que, claro, nunca lo reconocerán.
-Y en medio de todo esto, de todo este embrollo, ahora se suman las internas del PLRA -indicó, proponiendo otro tema de análisis.
-Y conste que recién comienza. Buzarquis ahora tiene el respaldo de Federico y su grupo, Tito descabalgó inteligentemente y Llano y Alegre siguen jugando a quién tiene más poder -continué.
-Lugo insiste en un acuerdo entre Llano y Alegre. En breve comienza una ronda de diálogo para buscar el mecanismo de alianza entre los pro Gobierno -adelantó el comandante.
-¿Sí?
-Así es. Saben que no pueden darse el lujo de ir separados teniendo en frente a un grupo que golpea bastante fuerte y puede llevarse los votos de los liberales descontentos. Si el “luguismo liberal”, como les llaman a los sectores de Llano y Alegre, no gana, el PLRA se le irá de las manos al jefe de Estado. Será un peligro para él.
LA PALABRA. -Pero si ya salió López Perito a armar un movimiento para defender el proceso de cambio y si se da, buscar la reelección de Lugo -indiqué con una risa para demostrar que lo decía con una suerte de ironía.
Pero no me siguió. Y planteó: -Mejor busquemos una palabra, la más apropiada, para definir a López Perito, desde el punto de vista de sus detractores. Y lanzamos algunas.
-Le dijen “brujo” -hummmmm no... Enumeramos los sinónimos, para ver si encontrábamos la definición ideal: mago, hechicero, adivino, agorero, médium, embaucador, curandero.
No nos convenció del todo “brujo” y de sus sinónimos elegimos otro, para ver si “acertábamos”.
Elegimos “embaucador”. De nuevo no nos convenció, y con el mismo procedimiento buscamos los sinónimos: tramposo, chantajista, estafador, bribón, pícaro, engañabobos, engañanecios, zalamero, charlatán...
Pero de nuevo no. No era la palabra correcta, la que encerrara toda la definición. De esos sinónimos, otra vez, elegimos otro.
Esta vez, “bribón”. Al final, por su audacia, parecía que era la caracterización correcta. Pero no, no cerraba. Vimos bribón: pícaro, pillo, rufián, villano, vividor, astuto, sagaz, hábil, sutil...
-Es complicado -apunté.
El comandante, para continuar lo que se había convertido en un juego seleccionó “pillo” porque -dijo- “es nomás luego un pillo de la política”.
No me convenció. Sinónimos de pillo: ladino, sagaz, astuto, hábil, marrullero, malicioso, socarrón, listo.
-Hummm no, no cierra -retrucó otra vez el comandante. Coincidimos en que la palabra a elegir era “astuto” porque con astucia ha logrado mantenerse en el poder, cerca de Lugo, a pesar de todas las críticas y misiles aire-tierra que le han lanzado desde la oposición e incluso desde la misma aún llamada Alianza. Y siguió el juego. Sinónimos de “astuto": ladino, sagaz, artero, malicioso, calculador, cauteloso, chusco, tramposo, engañoso, sutil, cuco... ¡cucooo...!
¡Por fin! Esa era la palabra más acertada, desde la interpretación folclórica.
-Encierra todo -señaló y añadió-: En la jerga paraguaya “cuco” es algo así como un ser que no existe al que se le tiene miedo o es usado para provocar miedo. López Perito despierta miedo en sus adversarios por el supuesto poder que tiene para hacer y deshacer como se le canten las cosas en el Gobierno. Pero... ¿tiene tanto poder?
-Hasta ahora parece que sí. Por eso está donde está -respondí.
-Puede ser. Pero si no es así, Lugo debe tomar cartas en el asunto, frenándolo, porque si se lo ve como “cuco”, sin serlo o sin querer serlo, está espantando a muchos.
Finalmente, pensamos lo peor: ¿Y si, en verdad, es todas esas calificaciones juntas?
El silencio respondió.
