A este castillo se lo conoce de varias formas: el castillo del Ybytyruzú, el castillo de Colonia Independencia y el castillo Echauri. Si bien representa un atractivo para los turistas, el lugar no está habilitado para las visitas.
La estructura se sitúa a unos 40 metros de altura con respecto a la ruta y, desde la base de la torre hasta su cima, mide 22 metros de alto. Se encuentra en el camino que une a la ruta Blas Garay (ruta 8) con la ciudad de Colonia Independencia, Departamento de Guairá.
El arquitecto Guillermo Echauri, quien vive en Villarrica, fue el artífice del diseño del castillo ubicado en la serranía que da inicio a la cordillera del Ybytyruzú. Los trabajos de construcción iniciaron en 1985 y concluyeron cinco años después. Fue hecho con piedras sólidas y refuerzos de hormigón, mas no está terminado, según el diseño original.
Este castillo lo construyó con la intención de homenajear a sus ancestros, provenientes de Navarra, España, donde existen varios castillos de la época medieval. Además, es una manera elegida por Echauri para dejar huellas de su paso por la zona.
“Alguna vez pensé en hacer de ese sitio un parque temático, ya que la geografía es privilegiada. Esto terminó siendo nuestra casa de descanso. Quisimos que sea un lugar diferente, un sitio para disfrutar de la paz. Nunca lo habilitamos como sitio turístico”, comentó el arquitecto a Última Hora.
El castillo Echauri es un reflejo de la época medieval española. En su interior se encuentra una armadura de hierro del siglo XVII, mesas, sillas de piedra y otros artículos de la España feudal.
La estructura, sumada a los cerros, bosques y recursos hídricos del Ybytyruzú convergen generando un lugar paradisíaco que, por ahora, solo pueden disfrutar sus propietarios y allegados.
Echauri relató que no pierde la esperanza de que un día este lugar pueda convertirse en lo que siempre soñó: un parque temático medieval. Mencionó que muchas personas ven esto como un capricho; sin embargo, para él tiene un significado muy especial.
“Muchas personas invierten su dinero en las cosas que les gusta. Algunos tiran en lanchas, lujos o cerveza. Yo decidí construir este lugar que me llena de satisfacción y paz”, aseguró.
Lo que alguna vez fue un sueño personal, hoy es otro ícono de una de las localidades del país más favorecidas por la naturaleza.
