“Rivas está teniendo jueces más blandos, más benévolos y que están permitiendo que alargue y alargue su proceso. Porque en el caso de Cuevas, el juez obró más rápido y en el caso de Rivas siguen las chicanas”, expresó.
Recordó que dentro de la Cámara de Diputados, le había pedido a Ibáñez que renunciara. “Ibáñez se vio apretado los primeros días en la Cámara, yo incluso le había pedido que renuncie para que no nos ponga en la situación de tener que juzgarle a un compañero”, resaltó.
Comentó que a diferencia de Ibáñez, la bancada de Rivas es más fuerte.
“Tiene más fuerza porque es del grupo HC. Ibáñez estaba en una bancada, Añetete, que era un rejunte, aún no estaba solidificada, acabábamos de entrar y estaban muy débiles todavía, en cambio la bancada cartista siempre esta sólida, todo eso sumó”, comparó.
Amarilla fue una de las más insistentes con la renuncia de Ibáñez luego de que haya sido juzgado por el caso conocido como caseros de oro.
Además, solicitó la pérdida de investidura de su colega liberal Carlos Portillo y de los colorados Ulises Quintana y Tomás Rivas, este último, por afrontar un caso igual al de Ibáñez.
El pedido no tuvo peso y para los tres casos se rechazó la expulsión. Luego de esto, fueron tildados por la ciudadanía como la cámara de la vergüenza.
Ayer, Tomás Rivas presentó un recurso de apelación para la resolución por la que se había fijado una audiencia preliminar y de este modo, intenta eludir una vez más presentarse ante la Justicia y vuelve a dilatar el proceso con chicanas.
La audiencia fue fijada para decidir si el caso va o no a juicio oral.
Anteriormente, Rivas había cambiado de abogado como una forma más para frenar la audiencia. La primera vez presentó un certificado médico.