08 sept. 2025

Las familias paraguayas se acogen hoy frente al tradicional pesebre

El perfume dulzón de las frutas de estación y de flor de coco avivan el espíritu de la Navidad. Muchas familias siguen la tradición de preparar el pesebre para Nochebuena. Con los años, esta práctica varió.

Pesebre gigante doña obdulia

Gigante. Doña Obdulia coloca las frutas de estación a los pies del pesebre que cada año arma con la ayuda de sus hijos.

Muchas familias paraguayas, que aún mantienen la tradición de representar el nacimiento del Niño Jesús, recién hoy se aprestan a preparar el pesebre antes de la Nochebuena y para la vigilia de Navidad. Otras ya lo hicieron a partir del 8 de diciembre, Día de la Virgen de Caacupé, teniendo como opción de comprar casitas hechas o hacerlas con hojas de plantas.

Con el paso de los años, los ornamentos tradicionales que adornan el establo fueron variando y ya muy pocas personas conservan las particularidades que nuestro folclore añadió a la representación del nacimiento de Jesús.

Dionisio González Torres, en su libro Folclore del Paraguay, describe las características del pesebre paraguayo. La bóveda –o techo del pesebre– se arma con ramajes de ka’avove’i, cuelgan de él globos hechos con cáscaras de huevos pintados, rosarios de manduvi, frutas como la granada, pakuri, yvapovó, etc.

Algunas familias prefirieron colocar chipitas y pajaritos hechos de chipa o de arcilla. Las frutas de estación, como piñas, melones y sandías, así como la flor de coco, son los principales ornamentos en la representación. “Antes no se tenían adornos y nuestra gente se las ingeniaba con lo que tenía, con lo que ofrece la naturaleza”, comentó el folclorista Mario Rubén Álvarez.

Doña Obdulia Jara Fernández es la encargada de armar el pesebre familiar desde los 14 años. Hoy, a la edad de 75, mantiene viva la emoción de colocar cada pieza dentro del gran establo que cada año se llena de nuevos adornos, y que es la atracción de sus vecinos en San Lorenzo. Ella prefiere hacer la casa del niño una semana antes de Navidad.

Otra tradición es la de colocar a un Niño Jesús de pie el uno de enero. La costumbre de visitar los pesebres aún sigue tan vigente en los distintos barrios y el pesebre ñembuai o jepo’o se hace después del Día de Reyes.

En los últimos 20 años, en el pesebre se fue introduciendo ornamentos y figuras que antes no se usaban; sin embargo, el sentimiento que produce el rito de la representación siempre es el mismo.