A criterio del analista, es muy difícil que existan cambios coyunturales si siempre los actores políticos siguen siendo los mismos.
“Para mí el punto crucial pasa por identificar qué está en crisis. Y una vez identificado eso, queda la tarea de cómo operacionalizar las correcciones. Uno de los grandes cientistas sociales del siglo XX, Giovanni Sartori, había acuñado una metáfora que hablaba de la máquina y los maquinistas. La máquina es el mejor invento que nos permite vivir libre y sin sometimiento a la voluntad arbitraria de gobernantes. En cambio, los maquinistas son los seres humanos que ponen en funcionamiento la máquina y condicionan sus resultados con su voluntad y capacidad”, expresó.
Añadió que “el punto es que pasamos mucho tiempo pensando en la crisis de la máquina (de la democracia, de las instituciones, de la Constitución Nacional, etc.) pero no destinamos suficiente análisis a los maquinistas. Por supuesto que la máquina (el gobierno y sus instituciones) necesita algunas reformas. Pero con los mismos maquinistas –es decir, con personas con las mismas ideologías, prácticas e incluso del mismo partido de siempre– no parece claro que tendremos cambios. En nuestro país pareciera que estamos enamorados de los mismos maquinistas que nos llevan al abismo. La inestabilidad y la falta de respuestas no es culpa de la máquina sino de la impericia de los maquinistas. Lo primero pasaría por votar en sentido diferente. Si votamos siempre a los mismos no parece que ocurran cambios. Aunque la democracia no acaba en el proceso electoral. Necesitamos consolidar la democracia, transparentar procesos”, dijo.