“El estudio jurídico buscó negociar la convivencia de una marca denominación de modelo para nuestras motos; ya que la empresa italiana la usa con sus modelos Diablo, Gallardo y otros. Íbamos a llegar a un acuerdo, hasta que los abogados paraguayos no se acercaron más a nosotros”, mencionó respecto de su acercamiento a la verdadera empresa que fabrica Lamborghini.
Años después, entre finales de 2016 y principios de 2017, recibió el pedido de Jorge Fernández para reunirse, y fue cuando se produjo el encuentro en la oficina de Samaniego. “Me llamó la atención que sea un mexicano el CEO y no un italiano; me trajo un maletín lleno de documentos referidos a demandas y juicios, que supuestamente probaban que había obtenido la licencia de uso de marca de Lamborghini, y mediante eso se podía establecer el derecho de uso”, explicó.
Supo en esa ocasión que el mexicano quería usar los derechos de marca, pero para vehículos de origen chino. Se traerían autos genéricos y la idea no satisfizo a Samaniego, por lo que decidió culminar la reunión.
Luego se enteró de la nueva venida de Fernández, ya posando en la foto con el presidente Mario Abdo Benítez, y lamentó que se haya manejado de esa manera la cuestión, frente a la opinión pública.
Talavera comentó que las primeras solicitudes son de los años 1999 y 2000, mientras que la última se presentó el pasado 9 de julio de este año. Como un dato curioso, agregó que el trámite se dio para su registro en la categoría de asesorías financieras y que no tienen nada que ver con la fabricación o venta de los automóviles de esta prestigiosa marca italiana.