Sainz, de 20 años, se salió de pista en el anillo olímpico de Sochi -sede de los últimos Juegos de Invierno- a falta de 23 minutos para el final de la sesión y chocó con su monoplaza, primero contra el muro lateral; y, finalmente, contra una barrera de seguridad.
A pesar de que, en un principio, no se supiera el alcance del accidente, el canal de televisión Antena 3 adelantó que no parecía revestir peligro la situación del piloto madrileño.
No obstante, la falta de información y las imágenes que llegaban desde Rusia mostraban la seriedad en los rostros de los integrantes del equipo Toro Rosso, en especial de los austriacos Franz Tost y Helmut Marko, director de equipo y asesor de la escudería para la que pilota el hijo del doble campeón mundial español de rallys de idéntico nombre.
La imagen de Borja Ortíz Echagüe, representante del talentoso piloto madrileño, levantando el pulgar de su mano derecha, aportó cierta tranquilidad a los iniciales momentos de confusión, que se disiparon cuando Carlos repitió idéntico gesto al ser introducido, como medida preventiva, en la ambulancia que lo acercó hasta el centro médico del circuito ruso.
Posteriormente, Bonciani indicó que el piloto estaba “consciente” y que se estaba “completando el proceso de evacuación”.
