15 sept. 2025

La senda estrecha

Mientras iban de camino hacia Jerusalén, uno le preguntó: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Jesús no le contestó directamente, sino que le dijo: Esforzaos por entrar por la puerta estrecha, porque muchos, os digo, intentarán entrar y no podrán.

Y en el Evangelio de la Misa de hoy San Mateo nos ha dejado esta exclamación del Señor: ¡Qué angosta es la puerta, y qué estrecha la senda que conduce a la vida, y qué pocos son los que atinan con ella!.

La vida es como un camino que acaba en Dios, un camino corto. Importa sobre todo que, al llegar, se nos abra la puerta y podamos entrar: “Caminamos peregrinos hacia la consumación de la historia humana.”

El papa Francisco, en uno de sus Ángelus en la Plaza de San Pedro, dijo: “El Evangelio de hoy nos invita a reflexionar acerca del tema de la salvación. Jesús está subiendo desde Galilea hacia la ciudad de Jerusalén y en el camino –relata el evangelista Lucas– alguien se le acerca y le pregunta: “Señor, ¿son pocos los que se salvan?” (13, 23). Jesús no responde directamente a la pregunta: no es importante saber cuántos se salvan, sino que es importante más bien saber cuál es el camino de la salvación.

Y he aquí entonces que, a la pregunta, Jesús responde diciendo: “Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, pues os digo que muchos intentarán entrar y no podrán” (v. 24). ¿Qué quiere decir Jesús? ¿Cuál es la puerta por la que debemos entrar? Y, ¿por qué Jesús habla de una puerta estrecha?

La imagen de la puerta se repite varias veces en el Evangelio y se refiere a la de la casa, del hogar doméstico, donde encontramos seguridad, amor, calor. Jesús nos dice que existe una puerta que nos hace entrar en la familia de Dios, en el calor de la casa de Dios, de la comunión con él. Esta puerta es Jesús mismo (cf. Jn 10, 9). Él es la puerta.

Él es el paso hacia la salvación. Él conduce al Padre. A la Virgen María, puerta del Cielo, pidamos que nos ayude a cruzar la puerta de la fe, a dejar que su Hijo transforme nuestra existencia como transformó la suya para traer a todos la alegría del Evangelio.

(Frases extractadas del libro, Hablar con Dios, de Francisco Fernández Carvajal y http://w2.vatican.va/content/francescomobile/es/angelus/2013/documents/papa-francesco_angelus_20130825.html)