El presidente Fernando Lugo sufrió un duro revés político con la movilización del Frente Popular y Social que se manifestó para exigir la renuncia de la Corte Suprema y del fiscal general del Estado, dos consignas apoyadas por el Gobierno.
Pero la protesta tuvo un epílogo inesperado: una fuerte represión policial contra los manifestantes del ala luguista, dando lugar a una fuerte contradicción: el Gobierno reprimió violentamente a sus partidarios porque intentaron ingresar al edificio de la Fiscalía.
En la agenda del Poder Ejecutivo figura el cambio profundo en el Poder Judicial con la remoción de los ministros y el fiscal general del Estado que responden a los colorados. Sin embargo, la realidad es distinta al conjugar los números para impulsar el juicio político. En el Congreso no alcanzan los votos para la remoción.
Entonces desde el centro de poder se estableció otra estrategia sustentada en el clamor popular para forzar la salida de los magistrados cuestionados. Los tres frentes que integran la red de organizaciones sociales, aglutinados en Poder Ciudadano; la Coordinadora de Abogados; y los campesinos del Frente del Social y Popular con 10 organizaciones populares.
Todos ellos apoyaron la campaña electoral de Lugo. Inclusive el cuestionado dirigente Silvio Sanabria, quien responde a un sector del ala colorada y es secretario general de la organización Oñondivepa. El mismo fue acusado de instigar a la violencia durante la marcha del pasado miércoles.
INFILTRADOS. La idea en principio fue llevar adelante una manifestación pacífica y no agresiva frente a la Fiscalía y el Poder Judicial para exigir la renovación de los ministros.
Es más, el propio ministro del Interior, Rafael Filizzola, dijo que el Gobierno apoya todo tipo de movilización pero siempre enmarcada dentro del respeto a las instituciones.
Sin embargo, en los pasillos del Palacio admitieron algunos colaboradores cercanos a Lugo que la situación se desbordó. El propio Filizzola se encargó de calificar de “infiltrados” a aquellos que lograron su objetivo: generar una dura reacción de la Policía ante la provocación de ciertos manifestantes.
En la conferencia de prensa del miércoles, Lugo evitó opinar sobre la fuerte represión y tiró el fardo a Filizzola. Ya en Mburuvicha Róga, en horas de la tarde, Lugo analizó en frío con algunos dirigentes, entre ellos Belarmino Balbuena, quien fue candidato a senador por la Alianza Patriótica Socialista.
BUMERÁN. “Pretenden hacer creer que el mismo grupo apoyado por Lugo es atacado ahora por Lugo”, sentenció otro miembro del ala luguista.
Los colaboradores cercanos del presidente apuntaron directamente hacia los colorados quienes buscan desestabilizar al Gobierno.
Una acusación poco creíble en este momento a juzgar por los protagonistas de la protesta.