21 may. 2025

“La renovación de la Corte se puede hacer sin modificar la Constitución”

Mucha gente exige reforma profunda del Poder Judicial y no solamente sustituir a los ministros. Sin embargo, nuestro entrevistado sostiene que, en nuestro país, lo que hace falta es cambiar a las cabezas para que mejore la institución.

Falta más voluntad.  Enrique Riera Escudero habla de la responsabilidad del Consejo de la Magistratura y de la clase política.

Falta más voluntad. Enrique Riera Escudero habla de la responsabilidad del Consejo de la Magistratura y de la clase política.

Por Adolfino Aquino

aaquino@uhora.com.py

Enrique Riera Escudero, representante del Poder Ejecutivo en el Consejo de la Magistratura, y representante de este Consejo en el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, discrepa con muchos juristas que sostienen que para renovar la Corte Suprema de Justicia hace falta una nueva Constitución. Explica su postura sobre el tema en este diálogo con Última Hora.

–¿Cómo ve el debate sobre la posibilidad de cambio de la Corte?

–Es un debate necesario e importante. La ciudadanía reclama por un mejor servicio de justicia y, a pesar de los esfuerzos, la percepción es que no hay respuesta a los reclamos.

–El presidente Cartes dijo que si se va cambiar figuritas por figuritas, es mejor que no se haga nada.

–Coincido, pero también tengo una opinión al respecto.

–¿Cuál es?

–La gente dice que hay que hacer reforma profunda, porque cambiar solo a ministros de la Corte no va funcionar. Yo discrepo.

–¿Usted cree lo contrario?

–Sí. Yo creo lo contrario. Muchas veces, haciendo ajustes en quienes encabezan las instituciones, los nuevos pueden generar cambios.

–¿No hace falta cambiar el sistema?

–Aquí en el Consejo, todos los miembros hemos decidido cambiar el sistema, sin cambiar la ley, desde que llegamos a este lugar.

–¿Lo que usted quiere decir es que no hace falta un cambio estructural?

–Una Corte seleccionada con los mismos valores y principios puede generar un cambio cualitativo.

–¿No hace falta Constituyente, como piden algunos?

–Sinceramente creo que no. La Constitución tiene problemas; pero yo no creo que para cambiar la Corte o para mejorar la Justicia haga falta modificarla.

–¿La reforma constitucional es una excusa?

–Claro. Aquí en el Consejo, quisimos mejorar la selección de ternas y lo hicimos. Cambiamos 180 grados el sistema, solamente modificando el reglamento interno.

–¿En el Jurado sería difícil hacer lo mismo?

–En el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados también se puede hacer cambio de 180 grados, como estamos pensamos hacer, cambiando el reglamento y, si es necesario, cambiando la ley, sin tocar la Constitución.

–¿La Constitución exige a las Cámaras del Congreso enviar políticos al Jurado?

–No. Se refiere a representantes, tanto para el Consejo como para el Jurado.

–Generalmente se habla de suprimir o modificar la integración de los miembros del Jurado y del Consejo...

–Yo creo que todo depende de la voluntad política de sus integrantes. La política de por sí no es mala; la partidización sí. Si los políticos eligen a los mejores, la política es buena.

–¿El mandato de la Corte es de 5 años?

–La Constitución establece 5 años y pueden llegar a ser inamovibles luego de dos confirmaciones.

–¿El Consejo coincide con el Senado con los 5 años de mandato?

–Sí, claro.

–Sin embargo, la Corte dice que es inamovible desde el nombramiento.

–Ese es un viejo conflicto entre la Justicia y la política. ¿Dónde está el error de nuestro sistema democrático? Cuando la Justicia se politiza o cuando la política se judicializa.

–¿Se refiere a los problemas políticos en la Corte?

–Muchas veces sucedió. Si la clase política no está en condiciones de resolver su problema, lo tira al juez. Te acordás de las acciones de amparo que suspenden convenciones. Vos y yo conocemos varios casos. Ocurre también a la inversa: cuando un juez comete un error, usa sus contactos políticos para protegerse y no ser destituido. Hay que cortar ese vínculo para que se produzca la justicia independiente.

–¿Cómo?

–Para eso tiene que haber autonomía, autarquía y un criterio de selección independiente para la Justicia; pero siempre, mi tesis es que el sistema funcionará si los mejores van a los cargos.

–¿Cree que habrá cambio en la Corte?

–No sé si la Cámara de Diputados iniciará la acusación para el juicio político. Puede suceder que haya juicio político, que algunos ministros renuncien y que la clase política, que tiene que tomar la decisión, pretenda influir en nosotros para decirnos: estos son los candidatos que van a entrar.

–¿Y el Consejo hará caso a las instrucciones políticas?

–Los políticos pueden traer los nombres que quieran; pero los candidatos tendrán que competir pública y equitativamente, y los mejores entrarán a la terna.

–Insisto, ¿el Consejo accederá a pedidos políticos?

–Este Consejo no lo va hacer. Estoy seguro de eso. Van a llegar los mejores a la Corte.

–¿Una terna que envía el Consejo al Senado es vinculante?

–Sí. Somos los únicos que podemos armar candidatos a magistrados judiciales a través de una terna. La Constitución nos exige hacer un concurso público por méritos y aptitudes. Cualquier decisión que evite este requisito es inconstitucional.

–El Senado no siempre respeta la terna...

–El Senado debe elegir uno de tres candidatos, no dos de la misma terna como sucedió.

–Incluso obvió una terna...

–El Senado tiene que elegir un candidato de cada terna y, para eso, el Consejo debe enviarle, para cada cargo, a tres de los mejores, sin rellenos. Así se reducirá de los políticos el margen de discrecionalidad y el nombrado será siempre uno de los buenos.