En todo el país, los pequeños escolares continúan sin recibir el indispensable complemento nutricional o los implementos básicos que necesitan para leer y escribir, debido a una falla burocrática en el sistema que trata y aprueba cada año el Presupuesto General de Gastos de la Nación, especialmente el de los ministerios que trabajan con sensibles problemáticas sociales como la educación, la salud o la producción agrícola.
El Presupuesto es sometido a un largo proceso, en el que inciden principalmente los condicionamientos políticos, tanto del Gobierno como de la oposición, más que el interés de la ciudadanía.
Cuando finalmente es aprobado, en los últimos meses del año, ya no queda el tiempo suficiente para que los ministerios, que necesitan implementar planes y acciones sociales, puedan realizar los llamados a licitaciones para adquirir los insumos y servicios, y puedan cumplir cabalmente con sus funciones a inicios del nuevo año.
Generalmente no habría problemas en que una obra de construcción vial o de ingeniería, por ejemplo, se retrase algunos meses para que sus ejecutores puedan cumplir los debidos procesos que manda la ley.
Sin embargo, cuando está en juego proveer a tiempo insumos para la siembra agrícola o vacunas y medicamentos para los centros de salud, o vasos de leche y útiles escolares para los niños, el problema es más grave. Nuevamente, el sector más humilde de la población es obligado a padecer por culpa del atraso de los gobernantes y los actores políticos.
Y para paliar las urgencias, se termina recurriendo a los procesos de compra directa o por vía de la excepción, que favorecen los negociados en el uso de los fondos públicos.
La solución a este problema, que se presenta puntualmente en los primeros meses de cada año, está en elaborar presupuestos bianuales, como lo hacen los Gobiernos de otros países vecinos.
El Estado uruguayo, inclusive, aprueba sus presupuestos quinquenales. Es decir, con cinco años de debida planificación, de manera que la ejecución del gasto público se pueda hacer de manera organizada y transparente, y respondiendo a su debido tiempo a las necesidades de la población.