–¿Cómo fue la recepción de las conferencias?
–Estuvieron atentos, como una charla nunca tiene que ser lineal, diría que todos acompañaron y participaron, podían interrumpir y preguntar pero nadie lo hizo, las preguntas vinieron todas al final, yo me siento muy honrado que la universidad me haya extendido la invitación. De entre los grupos que asistieron, eran dos generaciones y dos experiencias académicas distintas. Las preguntas de los chicos eran más aspiracionales, hacia el futuro, como es natural. Mientras que las preguntas de los graduados tenían que ver más con la vida, porque ya la estaban ejerciendo, y con aspectos profesionales con los cuales ellos tenían que lidiar. Ahora, lo que yo digo, los publicitarios vivimos de las palabras, como los periodistas, o sea, los publicitarios vivimos de las palabras que nos ayudan a crear y los periodistas viven de las palabras que ayudan a registrar y a transmitir. Entonces cuando vas introduciendo en el mundo de las palabras tratas de ser cada vez más preciso, porque la precisión te permite manejar conceptualmente mejor las cosas, incluso vos mismo. Entonces las palabras permiten que vos y yo nos relacionemos o nos alejemos como consecuencia de palabras mal dichas o también de palabras mal interpretadas. En la internet profunda, si vos no tenés las palabras que te permitan acceder no podés acceder.
–Una frase conocida dice que la calidad de la palabra es la calidad del pensamiento… y actualmente se nota un empobrecimiento del lenguaje.
–Justamente una de las preguntas que me hicieron fue qué viene primero, la palabra o el pensamiento, una de las preguntas que recuerdo, y les dije: Primero viene el pensamiento, pero si vos no transformás ese pensamiento en palabra no termina de existir para que uno pueda interpretar y transmitir. En el fondo todo lo que debemos tratar de hacer es ejercer la vida que nos permita crecer, porque envejecer envejecemos todos, algunos peores que otros, pero muy pocos crecen y maduran, entonces el hecho de que nosotros nos podamos enfrentar a esa dualidad es la aspiracionalidad con que tenemos que encarar la vida.Y yo creo que es muy importante eso, porque nos tenemos que plantear como una conducta, ni siquiera como un desafío, pero se tiene que transformar en una conducta, para que la conducta sea consecuente y coherente si no, no tiene sentido. Un publicitario puede filosofar, todo lo que sea la esencia de la publicidad es conectarse con la vida, y la palabra nos conecta con la vida, entonces por qué no? Y porque a través de una propuesta que intenta no ser superficial, no podemos dejar una semillita interesante en otros.
–¿Cuál es el peso de la palabra en tiempos en que vale más la imagen?
–Resumir requiere un conocimiento de las palabras. Para resumir con eficiencia, con eficacia y con sentido de interpretación; y todos me preguntaban, o sea, esa fue también otra inquietud general: ¿Cómo podemos aproximarnos más a esto? Y yo les digo: A través de la lectura.Recuerdo que pregunté a mi padre, en plena adolescencia, cómo puedo hacer para tener menos errores ortográficos, leé me dijo, cuanto más leas más seguro vas a estar, porque hay un sentido de registro visual también de las palabras, entones cuando repetís el acto de la escritura, vos te estás acordando visualmente de la forma en que esa palabra fue escrita.
–Y también está aquella antigua predicción de la muerte de los diarios y de los libros…
–Yo creo que este es un tema generacional. No importa la manera en que leas, yo soy de los libros, tengo una gran biblioteca, así como hay muchos que leen en su tableta, no interesa. Lo importante es que se lea, porque así como hacemos ejercicios para fortalecer nuestros músculos, leer es un ejercicio que fortalece nuestra mente, y a eso es a lo que nosotros no podemos renunciar, porque eso es lo que nos va a separar cada vez más de lo simple. No digo en el mal sentido de que lo simple no pueda ser una experiencia en sí misma, pero hay personas que nos imponemos algo más allá de eso.
–Los políticos y la palabra, ¿qué le sugiere esto?
–Una de las cosas que yo digo en la conferencia es que los políticos han vaciado de contenido muchísimas palabras, han vaciado de contenido muchas palabras fundamentales. Lo digo para que la gente también entienda eso, que no es solo mi lectura sino la de mucha gente.
Perfil
Daniel Nasta es publicista, empresario y escritor. Es fundador, propietario y presidente del holding de comunicaciones Texo, además de presidente del Parque Industrial Panamericano (PIP); fundador del Capítulo Paraguayo de la IAA (International Advertising Association), presidente de la Asociación Paraguaya de Agencias de Publicidad (APAP), y fundador y vicepresidente del Centro de Regulación, Normas y Estudios de la Comunicación (Cerneco), entre otros.
Una de las cosas que yo digo en la conferencia es que los políticos han vaciado de contenido muchísimas palabras fundamentales.
Recordando a Facundo Cabral
“Yo tenía un gran amigo que siempre me hablaba de las palabras”, dice Daniel Nasta y hace una pausa para recordar al cantautor argentino Facundo Cabral.
“Con Facundo nosotros utilizamos siempre la palabra para construir una relación”, señala, y recuerda que un día estaba con él en Ginebra, Suiza, cuando subió a un tranvía y ahí estaba una chica cantando –no soy de aquí ni soy de allá–, una canción de Facundo Cabral, “le di una propina especial y le digo: Esta propina es especial porque estás cantando la canción de mi amigo, y me bajé”.
Sigue relatando que luego regresó de la reunión, y al volver a tomar el tranvía, volvió a encontrarla y entonces decidió llamar a su amigo. “Le cuento dónde estaba, y digo la historia de la chica que estaba cantando su canción, la chica que resultó ser rumana. Y después me dice Daniel –esto es extraordinario–, vos fijate lo que la tecnología nos permite disfrutar, vos te das cuenta Daniel, las canciones no son de uno sino son de la gente”.