El papa Francisco, reflexionando sobre la lectura de hoy que nos pueda ser de utilidad para el momento que nos encontramos, dijo: “… Las palabras de Jesús dan siempre esperanza y también para tocar aunque solo fuese el borde de su manto. Jesús mismo buscaba a estas multitudes extenuadas y dispersas como ovejas sin pastor, así dice él, y las buscaba para anunciarles el Reino de Dios y para sanar a muchos de ellos en el cuerpo y en el espíritu. Ahora los llama a todos a su lado: ‘Vengan a mí’, y les promete alivio y refrigerio”.
“Esta invitación de Jesús se extiende hasta nuestros días, para llegar a muchos hermanos y hermanas oprimidos por precarias condiciones de vida, por situaciones existenciales difíciles y, a veces privados de auténticos puntos de referencia”.
“(…) Pero también lo dice a los que poseen todo. Pero cuyo corazón está vacío. Está vacío. Corazón vacío y sin Dios. También a ellos, Jesús dirige esta invitación: ‘Vengan a mí’. La invitación de Jesús es para todos. Pero de manera especial para los que sufren más”.
“Jesús promete reconfortar a todos, pero también nos hace una invitación, que es como un mandamiento: ‘Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón’”.
“El ‘yugo’ del Señor ¿en qué consiste? Consiste en cargar el peso de los otros con amor fraternal. Una vez recibido el alivio y consuelo de Cristo, estamos llamados también nosotros a ser alivio y consuelo para los hermanos, con actitud mansa y humilde, a imitación del Maestro”.
“La mansedumbre y la humildad de corazón no sólo nos ayuda a soportar el peso de los otros, sino a no cargar sobre ellos con nuestros propios puntos de vista personales, nuestros juicios, nuestras críticas o nuestra indiferencia”.
(Frases extractadas de https://www.pildorasdefe.net/liturgia/evangelio-mateo-11-28-30-papa-francisco-vengan-cansados-agobiados-yugo-aliviare)