14:51-14/03/07
San José (AP)
La obesidad que afecta a Jean Paul y Jean Carlo Quirós Ramírez no es producto de comidas rápidas, ni ''banquetes’’ en la escuela, pues para esos gastos los menores solo disponen de 38 centavos de dólar diarios, dijo a la AP su madre, Silvia Ramírez.
Ella aseguró que en la casa mantienen poca comida pues compran día a día lo que necesitan, con su salario mensual de 360 dólares.
''Algunos me han dicho que le ponga candado al refrigerador, pero ahí no está el problema, porque tenemos muy pocos recursos económicos y apenas nos alcanza para lo básico, un poco de arroz, frijoles, alguna ensaladita, por eso creo que es otra cosa lo que causa que suban cada vez más de peso’’, manifestó.
Desde que tenían cinco años, ella llevó a sus ''pequeños gigantes’’ al Hospital de Niños, donde a pesar de sus 64 kilos, cada uno, el médico de endocrinología anotó que no encontraba nada anormal. Ramírez ya no logra siquiera que le den cita, a pesar que la última revisión apuntaba un incremento de más de 12 kilos para Jean Paul y de 30 kilos para Jean Carlo.
Ahora el primero pesa 126 kilos y mide 1,70 metros, lo que ha empeorado una deformación en sus piernas detectada desde que tenía dos años y medio, misma edad en que empezó a engordar. En tanto su hermano pesa 127 kilos y mide 1,60 metros de estatura.
''Lo que más quisiera es un diagnóstico completo, que me asegure que ellos están bien, que son unos gorditos pero saludables y no que solo me manden a hacerles dieta’’, señaló Ramírez, de 41 años y contextura delgada, similar a su hija mayor Jocely, de 18 años.
Contrario al caso del menor Connor McCreaddie, de 8 años y 90 kilos de peso, donde el gobierno inglés estuvo a punto de quitarle a la madre la custodia del niño, Ramírez añora mayor apoyo del Estado, pues lo que ha obtenido es una beca de 13,5 dólares para que su hija siga estudiando y otra por 29 dólares para Jean Carlo.
En la escuela también surgen dificultades.
''Me dicen patas torcidas, estúpido y gordo’’, dice Jean Paul, mientras su madre relata que ''le tienen un expediente y lo tratan como si fuera delincuente’’. Jean Carlo se salva de esos inconvenientes porque a diferencia de su hermano, que cursa el cuarto grado regular de primaria, él asiste a un curso diferenciado para menores con discapacidades pues tiene problemas de aprendizaje.
''A ellos les gusta el ejercicio, les encanta nadar, pero trabajo de lunes a viernes todo el día y los fines de semana ni tengo el dinero para llevarlos a pasear’’, lamentó la madre.
En noviembre los gemelos cumplirán 12 años y la esperanza es que en ese momento estén conociendo otra forma de vivir gracias a algunas manos que se les han acercado, como un gimnasio que promete tres sesiones semanales para ellos.