28 mar. 2024

La Justicia esconde su espada y su balanza para que no le roben

Ni el Poder Judicial se salva de los ladrones. En Caaguazú, la Dama de la Justicia debe guardar sus elementos tras haber sido despojada. En Luque y Encarnación también hubo robos.

A veces sí, a veces no. La Dama de la Justicia muestra su espada y su balanza en horas laborales en la sede del Poder Judicial de Caaguazú (izquierda), pero las guarda apenas termina el expediente laboral (derecha).

A veces sí, a veces no. La Dama de la Justicia muestra su espada y su balanza en horas laborales en la sede del Poder Judicial de Caaguazú (izquierda), pero las guarda apenas termina el expediente laboral (derecha).

Si usted pasa uno de estos días frente al coqueto Palacio de Justicia de la ciudad de Caaguazú, en la esquina de las calles Carlos Antonio López y Coronel Manuel Godoy, podrá ver a la clásica estatua de la Dama de la Justicia montando guardia.

Si acaso su visita se registra en días feriados o en horas no laborales, advertirá un detalle pintoresco: La mitológica mujer no lleva consigo ni la espada ni la balanza, los símbolos universales de su autoridad y de su necesario equilibrio al impartir sentencias.

De este modo, la pose de sostener apenas el aire con la mano izquierda o de apoyarse en el vacío con la mano derecha, lejos de infundir respeto, mueve a risas.

–¿Qué pasó con la espada y la balanza? –le preguntamos a Don Julio, el solícito vendedor de frutas que se aproxima a ofrecernos sus doradas mandarinas.

–¡O ñe monda pa ko! –responde, en su expresivo guaraní–. Unos motochorros le robaron. Ya te podés imaginar, si a la propia Justicia le roban todos sus elementos… ¿qué seguridad podemos tener nosotros, los humildes ciudadanos?

RECUPERADO. Lo llamativo es que si usted pasa por el lugar en horas laborales, de 7.00 a 13.00, de lunes a viernes, la estatua de la Justicia si exhibe una reluciente espada y una balanza de color plateado, pero apenas llega la hora de cerrar las oficinas y los despachos judiciales, dos guardias de seguridad se aproximan al lugar, sacan los elementos distintivos y los llevan a guardar en un estante con llave en el interior del edificio hasta la jornada siguiente.

“Es cierto, la espada y la balanza de la Justicia fueron robados en una ocasión, pero la policía logró recuperarlas. Desde entonces, se decidió que dichos elementos sean guardados en un lugar seguro mientras no hay actividad laboral en el Palacio, por temor a que los ladrones vuelvan a sustraerlos”, explica el abogado Fulgen Torres Godoy, vicepresidente del Colegio de Abogados de Caaguazú.

El robo se produjo hace un par de años, en horas de la noche. La señora Justicia –a la que muchos identifican como la diosa griega Astrea, pero en realidad es la representación de su madre, la diosa Themis– simplemente amaneció sin espada y sin balanza. El episodio despertó todo tipo de burlas y hasta memes en las redes sociales en internet: “En el Paraguay ni siquiera la Justicia puede protegerse a sí misma”.

Para escapar del bochorno, la Policía local desplegó un fuerte operativo de búsqueda, logró identificar a los ladrones y capturarlos. La jueza María Ignacia Franco estuvo a cargo del proceso. “Varios jóvenes resultaron imputados por el delito de hurto y sustracción”, confirma el abogado Torres Godoy. Intentamos conocer más detalles del hurto, pero en el archivo del Palacio de Justicia caaguaceño nos dijeron que, lamentablemente, el expediente fue extraviado.

MÁS ROBOS. El caso del robo en Caaguazú no ha sido el único. Un primer hecho similar conocido sucedió en la ciudad de Luque, en diciembre de 2016, cuando otra estatua de la Dama de la Justicia, la que se encuentra frente a la sede del Juzgado de Primera Instancia también amaneció sin su espada y su balanza. Los autores del robo luqueño no pudieron ser individualizados y la señora Justicia se quedó con las manos en el aire durante un largo tiempo, hasta que le pudieron comprar de nuevo sus herramientas.

En Encarnación ocurrió un episodio aún más pintoresco. Una noche del 2017, varios ladrones descendieron de un auto y le robaron la espada y la balanza no solo a la estatua más nueva que está en frente del Palacio de Justicia, sino también a otra más viejita, que se encuentra en la parte de atrás.

Lo llamativo es que nadie se dio cuenta del robo, hasta que un ciudadano le preguntó a uno de los guardias el edificio: “¿Que pasó con la estatua y con la balanza de la Diosa Astrea?”. El guardia salió a mirar y comprobó la sustracción. Revisaron las filmaciones de las cámaras de seguridad de semanas anteriores, hasta encontrar la escena de los ladrones. Lamentablemente no se registraron con claridad los rostros ni la chapa del auto ni otros detalles para identificarlos.

Recién un año después, en octubre de 2018, el caso se divulgó en un reportaje del medio digital Itapúa en Noticias. Las estatuas seguían sin espadas y sin balanzas. Marisol Ferreira, funcionaria del Poder Judicial explicó que debido al costo, los elementos no se podían comprar de caja chica, por lo que había que prever una disponibilidad presupuestaria en lo rubros de mantenimiento del edificio. “Cuando las intentábamos comprar, el rubro ya se había gastado todo y seguimos sin que nuestra Diosa Astrea tenga su espada y su balanza”, explicó.

SÍMBOLO. Probablemente nada resulta tan simbólico para la inseguridad ciudadana que ni la propia Dama de la Justicia esté a salvo de que le roben las herramientas que deben garantizar una justicia justa.

Por disposición de la Corte Suprema, todas las sedes importantes del Poder Judicial deben tener una estatua de “Astrea, la Diosa de la Justicia”, pero basta indagar en los sitios especializados sobre mitología griega para percibir que la mujer con túnica al cuerpo, ojos vendados (imparcialidad), balanza (ecuanimidad) y espada (autoridad) no es Astrea, sino su madre Themis, hija de Urano (cielo) y Gaia (tierra). Themis es la Diosa de la Justicia y Astrea es su hija, con quien comparte la responsabilidad de proteger a los jueces y los magistrados, pero a Astrea se la representa originalmente como un ángel con alas en la espalda y una antorcha en la mano.

Probablemente en este equívoco esté la explicación de muchos defectos de la Justicia paraguaya.


CRÓNICAS SOBRE LA INSEGURIDAD

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