23 abr. 2024

La foto del general y sus amigos

Andrés Colmán Gutiérrez - @andrescolman

Han debido pasar casi 30 años para que finalmente surja la posibilidad de que se haga justicia con el asesinato del primer mártir del periodismo paraguayo. Esta semana, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA dio a conocer su informe de fondo, en el cual responsabiliza al Estado paraguayo por haber dejado en la impunidad el sonado ajusticiamiento de Santiago Leguizamón, ocurrido el 26 de abril de 1991 y pide abrir una nueva investigación completa, entre varias otras medidas de reparación.

El asesinato de Santiago fue el primero de 17 homicidios de periodistas que se cometieron desde la caída de la dictadura, la gran mayoría por sicarios del crimen organizado y el narcotráfico, con nexos y con protección en ámbitos del Estado. Aquel primer crimen fue terriblemente simbólico: Justo el 26 de abril, Día del Periodista Paraguayo, al mediodía, en plena frontera con Brasil. “Patrones y sicarios quisieron convertir tu sacrificio en sanguinario escarmiento”, escribió el gran Augusto Roa Bastos.

A pocas horas del asesinato, la directiva del Sindicato de Periodistas del Paraguay, entonces liderada por el colega José María Costa, se entrevistó con el entonces presidente Andrés Rodríguez, para exigir que el caso se investigue a fondo y se castigue a los asesinos. “Haremos todo lo que esté a nuestro alcance”, prometió Rodríguez, pero el viento de abril se llevó sus palabras.

Lo que no sabían entonces los directivos del SPP, ni gran parte de la impactada e indignada ciudadanía, es que Rodríguez no podía ayudar a investigar nada, porque corría el riesgo de que se descubra a algunos de sus más cercanos amigos… y quizás a él mismo.

En el expediente de la Comisión IDH se relata un hecho que habíamos divulgado hace algunos años en Última Hora: “El periodista tenía en su posesión ‘una fotografía clave’, en la que posaban ‘el jefe del Cartel de Medellín, Pablo Escobar Gaviria, con ‘El Turco’ y el presidente Rodríguez’. Afirma que Santiago Leguizamón iba a entregar la fotografía a un amigo cercano para que la sacara del país y la mantuviera a salvo. La familia sostiene que la fotografía desapareció en un allanamiento militar ilegal de la radio Mburucuyá al día siguiente del asesinato”.

La existencia de dicha fotografía, que supuestamente probaba la conexión entre el narco colombiano Pablo Escobar, “El Turco” (el empresario fronterizo Fadh Yamil) y el general Andrés Rodríguez, fue confirmada por la señora Ani Morra, viuda de Santiago, quien asegura haberla visto en posesión de su esposo. También lo confirmó el investigador y consultor internacional en Educación y Comunicación, Vicente Brunetti, ex compañero de facultad y gran amigo de Santiago, a quien el periodista le dejó en custodia la foto y vino a buscarla pocos días antes de ser asesinado, porque planeaba publicarla en un medio del extranjero.

Se explica por qué al general Rodríguez, y a quienes los siguieron en el ejercicio del poder, no les interesó para nada impulsar junto al Poder Judicial una investigación verdadera sobre el asesinato del periodista. Más que descubrir, se dedicaron a encubrir. Ahora, desde un organismo internacional se les reclama y se les exige una reparación. Más vale tarde que nunca.

Más contenido de esta sección
Las ventas al público en los comercios pyme de Argentina cayeron un 25,5% interanual en febrero pasado, golpeadas por la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores a causa de la elevadísima inflación, y acumulan un declive del 27% en el primer bimestre del año, según un informe sectorial difundido este domingo.
El mandatario decidió crear el fondo nacional de alimentación escolar esperando un apoyo total, pues quién se animaría a rechazar un plato de comida para el 100% de los niños escolarizados en el país durante todo el año.
Un gran alivio produjo en los usuarios la noticia de la rescisión del contrato con la empresa Parxin y que inmediatamente se iniciaría el proceso de término de la concesión del estacionamiento tarifado en la ciudad de Asunción. La suspensión no debe ser un elemento de distracción, que nos lleve a olvidar la vergonzosa improvisación con la que se administra la capital; así como tampoco el hecho de que la administración municipal carece de un plan para resolver el tránsito y para dar alternativas de movilidad para la ciudadanía.
Sin educación no habrá un Paraguay con desarrollo, bienestar e igualdad. Por esto, cuando se reclama y exige transparencia absoluta en la gestión de los recursos para la educación, como es el caso de los fondos que provienen de la compensación por la cesión de energía de Itaipú, se trata de una legítima preocupación. Después de más de una década los resultados de la administración del Fonacide son negativos, así como también resalta en esta línea la falta de confianza de la ciudadanía respecto a la gestión de los millonarios recursos.
En el Paraguay, pareciera que los tribunales de sentencia tienen prohibido absolver a los acusados, por lo menos en algunos casos mediáticos. Y, si acaso algunos jueces tienen la osadía de hacerlo, la misma Corte Suprema los manda al frezzer, sacándolos de los juicios más sonados.
Con la impunidad de siempre, de toda la vida, el senador colorado en situación de retiro, Kalé Galaverna dijo el otro día: “Si los políticos no conseguimos cargos para familiares o amigos, somos considerados inútiles. En mi vida política, he conseguido unos cinco mil a seis mil cargos en el Estado...”. El político había justificado así la cuestión del nepotismo, el tema del momento.