Por Susana Oviedo | soviedo@uhora.com.py
Ayer, en medio de la intensa agenda que le tocó desarrollar entre los foros paralelos al 44° Período Ordinario de Sesiones de la AG, Insulza recibió un breve homenaje de sus colaboradores por motivo de su 71 aniversario, y luego atendió a ÚH en el Centro de Convenciones de la Conmebol, donde se centran las actividades de la OEA. Allí le preguntamos estos temas:
–El tema Desarrollo con inclusión social, propuesto por el Paraguay para la 44ª Asamblea General genera un debate entre quienes dicen que debe contemplar la no discriminación por razones de opción sexual y los que no. ¿Cómo va a tratar el tema la Asamblea General?
–La discriminación, cuando se trata de discriminación categórica, es decir, que excluye a las personas de determinadas categorías, ciertamente sí es un tema de la desigualdad. Sin embargo, lo que nosotros tratamos de hacer es incluir todo en un complejo sobre el problema de la desigualdad y la inclusión social, que es mucho más amplio y no concentrarnos en ninguna categoría especial. Se comete un error cuando se dice: ‘como hay una discusión sobre la inclusión social, entonces vamos a concentrarnos en estos dos o tres temas’. Lo he visto mucho en las noticias: ¿El tema de la OEA será lo de las comunidades LGBTI, o será el de los indígenas? No, no; el tema es la inclusión. Es decir, apuntar a sociedades en las cuales todos los factores de discriminación estén controlados y por lo tanto, todos tengan igualdad de oportunidades, sean del género, opción sexual, origen racial, pertenencia de clase, que fueren.
–¿Por qué solo 4 países hasta ahora han suscripto la Convención Interamericana contra toda forma de discriminación e intolerancia?
–Creo que es porque esa Convención cubre temas que están en el debate de los países, y muchas veces, los gobiernos, que son los que firman las convenciones, no están en disposición de incorporarse de manera tan ostensible al debate. Hay otras convenciones que han empezado así, pero a medida que fue pasando el tiempo, y los países mejoraron su legislación y desaparecieron los temores, fueron incluyéndose. Pero, además, las convenciones son declaraciones generales. Las políticas sobre estos temas las hacen los países. Las convenciones no alteran por sí solas la vida de los países en la medida que estos, después de haberlas firmado o ratificado, empiecen a aplicarlas.
–¿Qué avances registra la OEA del plan de acción de la Carta Social de las Américas, aprobada en el 2012 en Bolivia?
–Hay un avance, sin dudas, y creo que la Declaración de Asunción, que se va a aprobar acá, constituye un nuevo avance importante en esa materia, porque se dirige muy claramente a la inclusión. Pero creo que ahora tenemos que ver cómo la hacemos. Los principios están, pero hay que plasmarlos en políticas, y la pregunta es cómo hacer.
Las líneas de trabajo están claras. Si quiere tener mejor inclusión, primero tiene que buscar formas de distribuir mejor los ingresos. Segundo, desarrollar, en la medida de las condiciones de cada país el piso de protección social, el mínimo que el Estado tiene la obligación de asegurarle a todos sus habitantes. También tiene que enfrentarse los temas de discriminación categórica. Hay una serie de líneas que están claras, pero lo que todavía falta es un empujón un poco más grande para que se conviertan en programas de acción para los países.
–Pero la Declaración de Asunción no incorpora planes de acción...
–El concepto aquí es el siguiente: hasta ahora el desarrollo económico capitalista trae consigo una serie de beneficios; el crecimiento es importante, pero produce desigualdad e inequidad. Últimamente, también la desigualdad excesiva produce bajo crecimiento. O sea es un límite para el crecimiento de los países. Esto hace que el tema de cómo reducir la desigualdad dentro de la sociedad adquiera especial atención. Ahora esa es una constatación que está en la Declaración de Asunción y que, a juicio mío, es un paso fundamental para orientar hacia dónde debe ir la Carta Social. Hasta hace poco, se hacía esta opción: ¿Quiere desarrollo o quiere igualdad? Resulta que ahora es así: Si quieres más desarrollo, tienes que tener más igualdad. Se ha invertido la ecuación.
–¿Cómo ve la preponderancia de la OEA, en medio de tantos bloques regionales?
–Los bloques regionales son formas de agrupación que están destinadas a cumplir una tarea fundamental en temas en los cuales la OEA no llega. La OEA es un organismo hemisférico y por lo mismo es que los temas que toca tienen que tener esa extensión. La nuestra es una agenda hemisférica, fundamentalmente de democracia, derechos humanos, seguridad pública en asuntos como narcotráfico, control de frontera, desarrollo, educación, calentamiento global, medioambiente, migración. Pero no pretendemos apropiarnos de todas las tiendas, sino que creemos que hay espacios para colaborar con los organismos subregionales.
–¿La declaración aprobada por el Consejo Permanente sobre la situación de Venezuela, es todo lo que la organización puede hacer para ayudar a superar la crisis en este país?
–Bueno, si no están todos los países de acuerdo, sí. Lo que ocurrió fue que la mayor parte de los países no estuvo con desarrollar ninguna acción por el tema de Venezuela. Lo que hizo la Unasur, que fue mandar una misión, y que fue lo que yo había propuesto para la OEA, entre paréntesis, no lo hizo la organización, porque no hubo acuerdo para hacerlo. Eso fue lo que pasó. La OEA es un organismo multilateral, no supranacional, y como tal, la opinión de los países miembros es lo que más cuenta. Si no hay acuerdo para hacer algo, no se puede hacer.
–¿El diálogo en Venezuela hubiera avanzado si lo llevaba adelante la OEA?
–No, porque lo que falta en Venezuela es voluntad de diálogo. El diálogo ocurre cuando uno está dispuesto a dejar de lado prejuicios, a reconocer que no tiene toda la verdad y está con más ganas de escuchar que de hablar. Y lo que yo he visto en Venezuela es que todo el mundo usa el diálogo para decirle al otro lo que le parezca y no ha habido concesiones de ningún tipo.
No hubo ningún gesto por parte del Gobierno que indicara que había disposición de seguir adelante con el diálogo. Yo lo veo bastante parado y complicado a eso.