Cada vez que llegan las épocas electorales, nuevamente escuchamos promesas de combatir la ilegalidad, sobre todo en las instituciones públicas, pero la realidad es que los actos de corrupción no dejan de sorprendernos.
Recientemente cayeron dos mujeres por expedir constancia de Vida y Residencia de una manera poco usual.
Como esto es requisito para la emisión de nuevos registros de conducir y para los casos de renovación, primeramente, la funcionaria de la Municipalidad de San Lorenzo ofrecía “agilizar” a los ciudadanos la gestión de este documento y pedía dinero a cambio.
Los contribuyentes pagaban entre G. 20.000 y G. 30.000 por una constancia que en la Policía Nacional te cuesta G. 10.000 o, en algunos casos, incluso te dan gratis.
La mujer cobraba y enviaba a una suboficial la foto de la cédula para que confeccione el documento, obviamente con testigos falsificados, según dijo el fiscal, quien en pleno Viernes Santo las imputó y pidió arresto domiciliario.
Pero este caso no sorprendió a los ciudadanos, quienes a través de las redes dijeron que “todas las municipalidades hacen lo mismo”. Al parecer, este mismo esquema se da en muchas comunas y no solo con la vida y residencia, sino con exámenes de vista y oído (sin hacerse el estudio) o con certificados de primeros auxilios (sin hacer el curso), en ambos casos, tan solo pagando.
Y reconozco, para el que trabaja todo el día y no tiene tiempo de ir de un lado a otro, es facilidad, y los requisitos terminan siendo burocracia. Efectivamente, no tenemos un sistema que ayude tanto, es más, ese sistema burocrático parece que propicia que siga habiendo estos actos corruptos.
Y vamos a otro caso. En las últimas dos semanas, el tema del transporte público fue el punto central de las conversaciones. Algunos, incluso, hablaban de que las reguladas que toman como medidas los transportistas son un chantaje para conseguir más subsidio.
Y me pregunto: ¿por qué es tan difícil que podamos tener un transporte público eficiente y que sea una alternativa para dejar los autos en casa?
El senador Jorge Querey se pronunció respecto a eso, alegando que “el Estado debe generar transporte público de calidad e introducir modelos tecnológicos, como trenes de altura. El modelo privado del servicio fracasó por la especulación, la mala calidad y la corrupción cómplice con algunos políticos”.
Hace unos días, ciudadanos salieron a las calles a hacer protestas, cansados del ineficiente servicio del transporte público, y más por las constantes reguladas que dejaron abarrotados a los pasajeros en las paradas de buses, esperando, incluso por horas, para llegar a casa.
No estamos jugando solo con dinero, señores, estamos jugando con vidas humanas y, de igual manera, la corrupción parece ser tan tentadora.
Y esto es algo que los propios candidatos reconocen. Lo reconoció el candidato a presidente Santiago Peña: “La incapacidad y la ineptitud mezclados con la corrupción hacen un daño tremendo”. Por su parte, también lo dijo Efraín Alegre: “El enemigo de la patria es el dinero sucio de la corrupción y de la mafia”.
Ahora, lo ideal es que busquen hacer frente a eso.